A la corta edad de ocho años, Joshua no entiende muchas cosas.
No entiende por qué le incomoda la presencia de Jun, su vecino.
No entiende por qué su corazón late tan fuerte cuando está con él.
No entiende por qué las manos le hormiguean tanto cuando Jun las toma.
No entiende por qué cuando Jun sonríe él se pierde en aquellas blancas perlas que tiene por dientes.
No entiende por qué le abruma la idea de tenerlo tan cerca.
A la corta edad de ocho años Joshua no tiene en claro muchas cosas de la vida, lo único que sabe es que, desde el primer momento en que llegó a la suya, Jun ha hecho un caos en su interior.