A sus veinticinco años de vida, Joshua acaba de recibirse.
Ha terminado finalmente de estudiar gastronomía, tiene un trabajo de medio tiempo y está listo para trabajar de lo que ha estudiado.
Vive solo junto a un perro que ha adoptado hace unos años, su vida es anormalmente tranquila.
Jeonghan y Seungcheol van a casarse en un mes y él no puede estar más feliz por sus amigos.
La vida sigue un curso realmente normal y él se siente a gusto aunque aún le de miedo estar algo solo.
Desde que se ha alejado de Junhui las cosas para él son tranquilas, le ha costado horrores superar aquello pero el tiempo ha hecho lo suyo y finalmente sus heridas han sanado, aún duelen porque el tiempo no cura todo, porque las cicatrices molestan y no desaparecen por completo, pero al menos el dolor es aguantable.
Ha terminado de estudiar y se ha enamorado, porque el amor lo ha ayudado a sanar en parte y él ya está listo para vivir, para sentir y para permitirse ser feliz. Porque se lo merece.
—Voy a buscar una mesa —le informa Seokmin mientras le sonríe dulcemente solo como él sabe hacerlo, Joshua se contagia de aquel gesto y besa cortamente sus labios sintiendo cómo su ser entero colapsa.
Después de lo de Jun no creyó volver a amar de la misma forma y, de hecho, había estado en lo correcto. Porque no volvería a amar de forma tan dolorosamente horrible, no volvería a amar cayéndose a pedazos ni rompiéndose con cada pequeño sentimiento, Joshua iba a amar de la forma más linda que hubiera conocido y Seokmin se lo estaba demostrando.
—Termino de pagar y voy —le habla con una sonrisa y Seokmin asiente para luego alejarse de él.
Al terminar de pagar, camina entre las mesas hasta que la cicatriz más grande de su corazón duele, no de forma fuerte, pero sí recordándole que está ahí.
Jun camina junto a alguien más, sonríe de forma genuina y Joshua se encuentra preguntándose si en sus años de amistad alguna vez le ha visto sonreír así. Siente aquello que duele levemente en su pecho, pero puede sonreír al instante en que sus ojos se encuentran.
Jun lo mira entre sorprendido y feliz, feliz porque Joshua se ve como él mismo, feliz porque Joshua parece estar sano y tiene el mismo brillo que él alguna vez le había arrebatado, feliz porque Joshua está mejor.
Joshua le sonríe de forma genuina, dándole cierta tranquilidad sin necesidad de palabras, porque así eran ellos, se conocían a la perfección y no necesitaban decir nada en absoluto para saber qué pensaba el otro:
"Lo importante ahora es que estás feliz."
Y ambos lo estaban, y ahora podrían continuar siéndolo al comprobarlo, seguían vivos, estaban felices, cada uno por su cuenta, pero lo estaban.
Junhui había encontrado la felicidad sin Joshua y Joshua había conseguido volver a armarse sin dejar ninguno de sus pedazos afuera.
Se miran una última vez mientras Junhui se aleja de ahí y Joshua se dirige hacia la mesa en la que está Seokmin.
Sonrien de forma dolorosa pero ambos entienden que es lo mejor.
"Quizás en otra vida y en otras circunstancias, las cosas sean diferentes para nosotros dos."