Cerca de su cumpleaños, en diciembre, a sus aún diecinueve años de vida, Joshua vuelve a ver Jun.
La vida de Joshua no parece poder seguir su curso sin Jun en el medio.
Fue un día que Seungcheol no estaba y lo agradece internamente ya que estaba seguro de que si Seungcheol lo hubiera visto, no hubiera dudado en acercarse a él y golpearlo.
Los golpes en la puerta se oyen alrededor se las once de la noche, Jeonghan está recostado en el sillón por lo que Joshua se ofrece a ir.
No podía tratarse de Seungcheol, después de todo se había ido a visitar a sus padres y se quedaría en su casa con ellos, entonces fue extraño porque nadie iba a ir.
Joshua abre la puerta y su corazón duele, duele en la cicatriz que Jun ha dejado, las marcas en su piel ardieron pero no de la forma en la que gustaba sino de una forma dolorosa, porque aún sentía el toque de Jun en su cuerpo, era algo que no podía borrar y ya no quemaba de forma linda, quemaba al punto de querer hacerlo llorar.
Tiembla ligeramente y mira al contrario con detenimiento. Jun está destrozado, su cabello está despeinado de una forma preocupante, sus ojos tienen grandes ojeras debajo y están rojos, su piel es más pálida de lo que recuerda y él está sumamente delgado al punto en que parece que iba a romperse.
—¿Quién es? —oye a Jeonghan desde la sala pero no responde, el shock que tiene en el momento no le permite hablar ni moverse, simplemente está ahí mirando a Jun mientras oye los pasos de Jeonghan acercarse a ellos—. ¿Qué hace él aquí? —pregunta molesto pero Joshua no responde.
—Mi mamá —balbucea Jun mientras Joshua siente cómo su voz le daba escalofríos, era rasposa y sin emoción—, está muy mal —finaliza y Joshua tiembla nuevamente.
—¿Qué sucede con ella? —puede preguntar finalmente ignorando por completo la presencia de Jeonghan, porque sabe que no debe preguntar, eso implicaría acercarse nuevamente a Jun y está seguro de que no necesitaba hacerlo, al menos no en ese momento, entonces sabe que si oye lo que seguramente Jeonghan tiene para decirle, no va a dejarse llevar por el chico que tiene en frente.
—Está a punto de morir —agrega mientras comienza a sollozar y se rompe frente a Joshua de una forma en que no lo había hecho antes.
Entonces se acerca a él y lo envuelve en un fuerte abrazo pasando sus brazos por su cuello y sintiéndolo llorar en su hombro.
No era tan desalmado como para dejarlo así.