Es la navidad de sus diecinueve años de vida que Joshua pasa junto a Jun.
Jun está sentado en el frío suelo de la habitación mientras se abraza a sí mismo y no deja de llorar.
Es la primera vez que Joshua lo ve llorar, después de todo, aunque Jun tenga emociones, nunca antes lo ha visto romperse frente a él.
Al principio no lo entiende, hasta que recuerda que Jun siempre amó a sus padres y los padres de Jun amaron a Jun.
La madre de Jun murió la mañana de navidad, después de eso Jun no ha podido dejar de llorar mientras Joshua lo consuela.
Porque Joshua ha estado desde el primer momento acariciando su espalda y su cabello mientras le mira con amor en sus ojos sin poder evitarlo, aún ama a Jun con cada pedazo de su ser, porque ahora está dividido en pedazos, está roto y lo entiende aunque no le guste.
Joshua no logra comprender del todo ese dolor, no sabe cuándo terminará, solo sabe que estará junto a él hasta que eso pase, porque eso hizo Jun siempre y ahora siente que le debe el favor, aunque su amistad nunca se trató de eso, pues el apoyo que se dan no lo dan con la finalidad de esperar algo a cambio, aún así Joshua se siente en deuda con él.
Jun en algún momento despega su cabeza de sus rodillas y la deja caer hacia atrás apoyándola en la cama, está sentado en el suelo de la oscura habitación con Joshua a su lado, ambos junto a la cama.
—No merezco que ahora estés a mi lado —dice en algún momento mientras gira su cabeza para ver a Joshua.
Joshua le mira con curiosidad y todo lo que consigue captar con su mirada son los ojos de Jun reflejando la luna que se asoma por la ventana. Se quiere morir en ese momento porque el primer pensamiento que cruza su mente es lo hermoso que se ve aún si tiene ambos ojos hinchados, aún si su rostro está completamente mojado y aún si ha estado llorando por horas.
Entonces no se resiste y se acerca a él para unir sus labios en un beso que Jun en un principio corresponde sin saber.
Se siente bien aún si sabe lo mal que está, porque pareciera que se está aprovechando de él en su estado de vulnerabilidad, aunque Joshua sabe que no es así, porque está enamorado de Jun y él no podría hacerle algo como eso.
Se separa de golpe, justo antes de que no hubiera vuelta atrás y gira en su lugar para dejar de estar enfrentando a Jun, ahora sus hombros se tocan entre sí mientras su corazón late desesperado y sus labios arden, le duele el pecho y no sabe bien por qué.
—Lo siento —es el primero en disculparse sin dejar de juguetear con sus dedos.
Siente la cabeza de Jun apoyarse en su hombro y se queda quieto en su lugar, tiene miedo, la cercanía es peligrosa para él y su adolorido corazón.
—No, yo lo siento —oye las suaves palabras de Jun y las entiende a la perfección, porque entre ellos siempre ha sido así, no hay necesidad de explicaciones, son capaces de entenderse mutuamente.
Las palabras de Jun tienen más significado del que parece, Jun está arrepentido y Joshua le cree porque lo siente sincero.
—Está bien —responde y deja caer su cabeza sobre la de Jun.
Es el principio del caos y aunque lo sepa, cree que ya es tarde para detenerlo.