IV

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Nuevo lunes, nuevo intento...

Siente que lleva muchos intentos.


Ya han pasado algunas semanas desde la última vez, y estas se pueden resumir en Sandy rogándole a Nita para que lo perdone, incluido con dos o cuatro peleas de por medio.

Y a este punto se preguntaran, ¿perdonar de que?

Sinceramente, ni el tenía idea; después de todo, ella había sido aún más grosera con sus comentarios hacía el. Cada vez veía el dinero más lejos.

Estaba harto.

Solo esperaba hoy no contar con la misma suerte.

Caminando por la orilla de la cancha tras haber salido de la cafetería (ᵉˢᵗᵒ ᵃ ᶜᵃᵘˢᵃ ᵈᵉ ˡᵃ ᵈᵉ ᵍᵒʳʳᵒ) , Sandy sigue a Nita mientras intenta coquetearle; intenta, porque no consigue ni gota de éxito. Y bueno, Nita solo no lo golpea por dos razones: número 1. (ʸ ˡᵃ ᵐᵃ́ˢ ⁱᵐᵖᵒʳᵗᵃⁿᵗᵉ) su mano favorita estaba ocupada agarrando su recién comprado refresco; número 2. Porque Leon le dijo que no tenía que ser tan grosera, y nada más.

De un momento a otro la palabrería barata cesa y ve cómo en tan solo un parpadeo el chico se ha escondido detrás del tronco de un árbol, como si estuviera asustado.

—¿que haces? —pregunta, extrañada ante su repentino actuar.

Sandy sisea a lo alto con la única intención de que guarde silencio; Nita sólo se limitó a alzar una ceja, mirándolo como si fuera lo más raro del mundo, como normalmente hace.

—no quiero que ella me vea. —susurra para contestar, siendo apenas escuchado por la otra.

—¿ella? —vuelve a preguntar, ahora más confundida. El peli morado señala con su dedo a un punto alejado de la cancha donde se puede apreciar a una chica viendo hacia donde ellos desde no tan lejos. —¿hablas de la de pelo blanco?

Sandy solo asiente. Nita le da un sorbo a su bebida, todavía sin comprender.

—es solo una chica, ¿porque te escondes?, ¿acaso le debes dinero?, ¿o acaso te quiere golpear por qué eres muy feo? —pregunta a burla, buscando de paso la respuesta.

Sandy sólo dio cuatro risas sarcásticas, con un tono de más que Nita no logró descifrar.

—ojalá. -ella lo mira atenta, esperando una mejor respuesta. —bueno, digamos que conocí ciertas cosas de ella una o cuatro veces.

Menciona con extraña simpleza en su tono para alzar los hombros, sin más. Nita lo mira confundida, sin entender a lo que se refieren sus palabras. ¿Conocer?, ¿acaso eran amigos?.

Y, ante esa mirada que para Sandy parecía enojada, el de ojeras se la regresa, sin saber porqué la otra no responde algo.

—¿Qué?, tiene un excelente cuerpo... Lástima que esté loca.

Okey, tal vez ya entendió a lo que se refería.

—¿es en serio? —dice la de gorro para rodar los ojos, asqueada ante su comentario.

—oh vamos, no me digas que estas celosa. —pregunta con una sonrisa coqueta entre labios, empezando así a acercar su rostro al ajeno; abandonando de esta forma su escondite.

 - ̗̀𝙀𝙎𝙋𝙀𝘾𝙄𝘼𝙇 //𝒮𝒶𝓃𝒹𝒾𝓉𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora