El mencionado rápidamente dirije su atención a su dirección, y Leon no pasa de alto como esa sonrisa y extraño brillo en sus ojos desaparecen cuando él otro se da cuenta que sólo es él.
—espero a Nita.
Vaya.
Eso es inusual.
—esperas a... mi hermana. —repite, el '¿porqué?' no implícito, pero aún así audible en el tono de confusión que logra escapar de su voz, y Leon intenta que al menos su mirada no revele lo tan malditamente desconcertado que está ante esa declaración.
(Leon falla en eso)
—sí... dijo que saldría mucho más tarde que tú y bueno, no tengo nada que hacer así que... ¿por qué no? —explica Sandy con algo que quizás podría llegar a la indiferencia; sus manos arreglando osciosamente el dobladillo de las mangas de su camiseta.
Leon...
Leon está en blanco.
Los dos tienen un concurso de miradas que fue iniciado por él propio encapuchado, ésto en un intento de entender que demonios sucede con su amigo, ¿tanto quiere ganar?
Y los segundos pasan, o minutos, quizás horas, el tiempo corre de formas extrañas cuando intentas ver a través del alma de alguien.
Entonces, lo piensa.
Una vez, recuerda Leon, escucho a alguien decir que la vergüenza es como una ereccion:
Cuando la tienes, se nota.
Viendo en estos momentos como Sandy se remueve incómodo en su lugar ante su mirada y como parece sudar a mares aunque en estos momento no hace calor, bien podría decir, (ʸ ˢⁱ ˢᵉ ᵇᵃˢᵃ ᵉⁿ ᵉˢᵃ ᵃⁿᵃˡᵒᵍⁱ́ᵃ), que Sandy está más duro que una maldita montaña.
Y es por toda esa aura de nerviosismo que exuda y los hechos que recientemente han sucedido, que el tren de pensamiento de Leon finalmente parece llegar a alguna estación.
–bien... —dice lentamente, más para convencerse así mismo que otra cosa; y es después de unos últimos segundos de miradas más, que decide dejar finalmente al otro en paz. —nos... vemos mañana.
El suspiro que saca Sandy después de que se haya alejado es lo suficientemente fuerte como para que toda la cuadra lo escuche, como sí hubiera estado aguantando la respiración en todo lo que duró aquella incomoda interacción; Leon sólo sigue caminando y, nada más porque no se quiere quedar con la duda, se sienta en un banco frente a la parada de autobús.
Leon sabe que esta mal espiar.
Pero hey, sí alguien pregunta, él simplemente está esperando a que pase el camión.
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