- ̗̀𝙀𝙎𝙋𝙀𝘾𝙄𝘼𝙇 //𝒮𝒶𝓃𝒹𝒾𝓉𝒶

III

Lunes de nuevo... Que agonía.

Caminando de mala gana hacia aquel lugar apartado de la escuela, Sandy habla entre dientes, maldiciendo una y mil veces.

¿La razón de su mal humor?

Eso es fácil. Dejando primero de lado que es lunes, (ᵈⁱ́ᵃ ᵠᵘᵉ ᵈᵉ ᵖᵒʳ ˢⁱ ᵈᵉᵗᵉˢᵗᵃ), hoy debía ir e intentar conquistar a Nita... De nuevo.

¿A este punto era exagerado decir que su sola presencia lo sacaba de quicio? Lo más probable es que si; esto si tenemos en cuenta que tan sólo hablo con ella por unos minutos, claro. Pero a este punto le era imposible callar a esa voz en su cabeza la cual le gritaba que diera media vuelta y se marchará ante tal pérdida de tiempo.

Porque para él eso es, una total y absurda pérdida de tiempo.

Sin embargo, aunque hasta prefería estar haciendo tarea de matemáticas a tener que ir e intentar algo con ella, una apuesta es una apuesta y Sandy la ganaría hoy mismo; no mañana, ni pasado, sino hoy.

Aʜᴏʀᴀ sᴏ́ʟᴏ ʟᴇ ϙᴜᴇᴅᴀʙᴀ ʀᴏɢᴀʀ ᴘᴀʀᴀ ϙᴜᴇ ɴɪᴛᴀ ᴛᴀᴍᴘᴏᴄᴏ ϙᴜɪsɪᴇʀᴀ ᴊᴜɢᴀʀ ᴀ ʟᴀ ᴅɪғɪ́ᴄɪʟ.

Pero bueno, continuando con la historia...

Después de un rato más de seguir maldiciendo en sus pensamientos llegó a aquel lugar. E ahí, frente a él, su próximo dolor de cabeza.

Nita se encuentra de nueva cuenta leyendo un libro en el mismo sitio que la otra vez, lo único que parece cambiar ahora en la imagen es que no tiene un tupper sobre la mesa, si no que mordisquea con desespero una paleta.

"Bendito sea el cielo por eso."

Suspiró pesado, esto en un intento de alejar su mal humor y, a su vez, ¿por qué no pensar un poco? Después de todo siempre es bueno tener un plan. Entonces, esto iba así: se acercaría a Nita, le diría algunas de sus mejores frases patentadas y ella caería a sus pies, después se burlaria de Leon hasta el día de su muerte y, de esta manera, todo terminaría; fácil, sencillo. Nada podía salir mal.

Así que, con la mejor sonrisa que poseía adornando su rostro decidió acercarse, irradiando confianza a mares.

—hola linda, ¿Qué haces? —saludo en cierto tono coqueto para tomar asiento frente a ella, siendo solamente divididos por esa malgastada mesa de piedra.

La de gorro no le contestó, solo siguió leyendo, ignorando completamente la presencia contraria. Sandy ante esto carraspeo alto, esperando así captar su atención.

Nita rodó los ojos, fastidiada.

Ella es de pocas pulgas... Y el también; mala combinación.

—agh, ¿de nuevo tu?, ¿que acaso sólo sabes molestar? —suelta con rabia la morocha y ni siquiera se digna a darle una mirada, acción que a Sandy le parece descortés.

El chico frunció el cejo ante aquella mala contestación, expresión que cambió de nuevo a una sonrisa al pensar que su creciente enojo se había vuelto un tanto exagerado.

—nada, solo quería hablar contigo, ¿que acaso no puedo? —dijo para estirarse de forma perezosa sobre la mesa, esto en un intento (ʳᵃʳᵒ) de coqueteo.

Nita subió los pies de igual manera en la tabla roca, ocasionando que el otro dejara de recostarse al no querer tener zapatos en su cara.

—no. —respondió, directa al grano, como siempre.