Hay algo que se atasca en su pecho. Y sí, está 99% seguro que es su orgullo.
Sabe que hizo mal, no se arrepiente, no del todo. Pero hay una parte traicionera que extraña malos juegos de palabras y recreos con hojas doradas.
Entonces, sólo para deshacerse de lo que sea que le quita el aliento, ¿por qué no lo intenta arreglar?
Después de todo, ¿que más puede salir mal?
O la arregla ó la caga más. No hay otra oportunidad.
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Penny no sabe que es lo que está sucediendo.
Su mente divaga entre los pensamientos de: ¿que tan legal es un asesinato? a ¿que carajos está pensando?
En estos momentos se estaría ahorrando muchos problemas si tan sólo lo hubiera golpeado desde la primera vez que lo vio.
—entonces... ¿Quieres mi ayuda?
—sí.
12 años en prisión no suena tan mal.
¿O eran 20?
Realmente no importa a este punto.
—estrellas, eres estúpido si crees que te ayudaré.
Ve como el chico hunde los hombros ante esto y, vaya, ella tiene el control.
Se cruza de brazos. Puede sacar ventaja de esto.
—¡Lo se!, mira sólo te pido que hables con Nita, son como mejores amigas o algo así, haz que me perdone.
Penny ni siquiera piensa en reprimir la carcajada, porque, ¿en serio se está escuchando?
—tu lo dijiste morado, mejores amigas. —Penny se limpia las lágrimas que se acumulan por el rabillo del ojo e inhala para dejar de reír. Esto es serio. —por lo tanto, no sabotearía a mi única amiga.
El otro sonríe, en serio Penny quiere golpearlo tanto.
Se pregunta como Nita no lo hizo primero
—vaya, que triste aceptar que sólo tienes una amiga.
Penny puede contraatacar muy bien ante eso.
Mejor se abstiene a sólo rodar los ojos.
—sabes, sí lo que quieres hacer es que te ayude deberías hacerlo mejor.
—qué, ¿quieres que me inque, llore y ruegue por tu ayuda?
