Estoy sentada en un sillón junto con mis padres. Ellos me preguntan como estoy, que fue de mi por todo este tiempo y de más cosas.
De verdad que deseo responder pero simplemente las palabras no salen, yo solo asiento o niego, es lo único que puedo hacer.
-Hija, habla con nosotros, ahora estas a salvo. Afortunadamente hubo personas buenas en tu camino y te trajeron a casa.- Mi mamá dice esto mientras acaricia mi cabello y yo cierro los ojos, disfrutando ese toque de protección por parte de mi madre.
-Megan, quiero que sepas que jamas nos rendimos en tu búsqueda, aún existen campañas a tu nombre creadas por personas agradecidas contigo por salvarles la vida. - Mi padre se limpia unas cuantas lágrimas y sigue hablando.- Todos han sido muy amables con nosotros, jamas perdimos la esperanza. Hay algo que queremos saber, tu madre y yo tenemos nuestras dudas al igual que muchas personas allá afuera.- Mi padre toma aire y continua.- La razón por la que te fuiste es por la cura... ¿Cierto?- En cuanto escucho esas palabras me tenso. La cura. La que cree con tanta fe para convatir el virus. La cura salvo muchas vidas y arruino la mía.
No quiero contestar esa pregunta y mis papas se dan cuenta de eso por mi silencio.
-¡Pero que estamos haciendo! Hay que llamar a tus amigos, a tus primos y tíos. Will estará contentisimo cuando te vea, es un buen chico, bueno ahora es un hombre. Él nos a ayudado mucho y se a convertido en un hijo para nosotros.
- Espera camila, ¿Estas preparada para ver a todos cariño, o quieres esperar un tiempo?- Me pregunta mi padre.
La verdad es que estoy cansada, son demasiadas emociones desde que sali del manicomio. Me gustaría disfrutar un poco más de mis padres, pero también quiero ver a todos, los extraño.
Miro a mi papá y le doy una pequeña sonrisa, asiento estando de acuerdo con mi mamá en que llame a todos.
-¡Exelente! Llamare a todos ahora mismo, pero solo les diré que tenemos una sorpresa para ellos.- Mi mamá se rie y dice.- Cocinare algo rápido y tu cariño puedes cambiarte en tu habitación, todas tus cosas siguen allí.
La siguiente hora pasa algo rápido, mi madre habla por teléfono igual que mi padre. Mientras tanto yo estoy en mi habitacion y es verdad, todo esta tal como lo recuerdo. Mi cama, closet, tocador, todo. Suspiro y me dejo caer en mi cama. Gimo un poco al sentir lo cómoda que esta, miro al techo y los recuerdos vienen a mi.
4 años. Vietna. Habitación especial. Drogas. Electroshoks. Maltrato. El bar. ¡Basta Megan! Tienes que ser positiva y dejar el pasado atras, ahora ya eres libre, disfrutarlo. Me digo a mi misma y me levanto para darme una ducha y vestirme. El agua se siente tan bien por mi cuerpo, hace mucho tiempo que no tomaba una ducha así de bien.
Salgo del baño y me aproximo a cambiarme. Afortunadamente mi vieja ropa aún me queda, gracias a que no subi mucho de peso al paso de los años. Me pongo unos cómodos pantalones grises, blusa azul claro de cuello v y unos zapatos de piso. Cepillo mi cabello y me miro al espejo con cuidado. Estoy pálida, bastante en realidad. Sonrió al espejo para tener una mejor imagen de mi y funciona un poco, por lo menos para mi.
Pasan unos minutos cuando escucho el timbre. Mi corazón se acelera y escucho con atención para saber quien es.
-Hola camila, ¿Cómo estas? ¿Qué es esa noticia tan importante que tienes?
¡Will! Su voz es de todo un hombre, pero claro, ya tiene 28 años.
-Hola will, pasa. Muy pronto lo sabras, ahora toma haciendo por favor.- Mi madre sigue hablando con el y no tarda en llegar toda la familia y amigos.
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CURA-LETAL
Azione4 años encerrada en un manicomio de máxima seguridad. 4 años que no veo a mis amigos y familia. 4 años conviviendo con personas locas. Mi nombre es Megan, o eso creo. Hace 4 años mi vida era normal. Tenia una familia cariñosa, amigos comprensivos y...