Adios, Mio

91 9 0
                                    

Esa noche Hakkai regresó a casa más temprano de lo habitual, Mio no estaba, pero no tardaría en llegar del estudio.

Mientras tanto Hakkai ordenó algo de comida a domicilio para cenar y arreglar algunas cosas para darle de comer al hurón, se llamaba Nero.

Se puso a leer un libro que había comprado con Yuzuha mientras esperaba que Mio llegara, pero las horas pasaban, la noche había caído por completo y no habían señales de él.

Hakkai tomó su teléfono y le envío un mensaje.

¿Dónde éstas? — 8:33 pm.

— Aún sigo en el estudio. — 8:38 pm.

— ¿A qué hora vuelves? — 8:39 pm.

— Quizás en una hora, ¿necesitas algo? — 8:44 pm.

— Compré pasta , te esperaré para comer, quiero hablar algo importante contigo. — 8:46 pm.

— ¿Vas a dejarme? ¿Es eso? — 8:58 pm.

— ¿Porqué dices eso? — 8:59 pm.

— Ya lo sabía, ese paseo con tu hermana era para hablar de mí, sé como me odia Yuzuha y como el historial de tú teléfono está lleno de búsquedas de un diseñador pelos morados. — 9:10 pm.

— Igualmente quiero que lo conversemos en persona, es un tema importante. — 9:11 pm.

— No tenemos nada de que hablar, deja mis cosas en una maleta, llegaré mañana cuando tú no estés ¿Querías dejarme?, ya te lo hice más fácil. — 9:22 pm.

— ¿Ni siquiera quieres escuchar lo que quiero decirte? ¿Al carajo los años juntos? ¿No se suponía que nos íbamos a casar en cinco semanas? — 9:23 pm.

— Tú lo dijiste, íbamos a casarnos, eras tú quien quería hacerlo, no yo. — 9:27 pm.

— Entonces era una obligación, no querías hacerlo. — 9:30 pm.

Quería complacer tu capricho, pero no me importaba en lo absoluto una ceremonia o un papel. — 9:32 pm.

— Siempre me mentiste. — 9:33 pm.

— No te victimices, me estás dejando por otra persona, pero no te preocupes, yo también tengo a alguien más. — 9:39 pm.

— Ok, tus cosas estarán en la sala, Nero se queda conmigo. — 9:44 pm.

— Quédatelo, no me interesa tu maldito hurón. — 10:11 pm.

Ese mensaje de texto le había dolido demasiado a Hakkai, los pedazos que aún quedaban de su amor por él ya estaban hechos trizas.

Mio jamás fue la persona perfecta, pero su actitud por teléfono demostraba claramente lo que de verdad era, un bastardo infeliz.

Cobarde, cínico y cruel, digno de alguien que no tenía sentimientos por nadie, digno de Mio.

Hakkai nunca esperó que las actitudes de Mio pudieran ser peores que las que ya conocía, pero esa noche descubrió que él podía ser peor.

Su relación había estado deteriorada desde hace semanas, pero, que lo traicionara con alguien más, viviviendo en su propia casa.

Había sido un golpe bajo de Mio.

Hakkai estaba furioso, ansioso y decepcionado, todo junto y revuelto, tomó su teléfono de nuevo y le escribió a Yuzuha, necesitaba decírselo, necesitaba apoyo.

— ¿Estás despierta? — 10:38 pm.

— ¿Qué pasó? — 10:42 pm.

— Mio me confesó que estaba con alguien más, que nunca quiso casarse conmigo, que todo había sido por obligación. — 10:45 pm.

— Maldito desgraciado, siempre supe que era una maldita rata de alcantarilla . — 10:48pm.

— Nunca pensé que podía llegar a ser tan cruel, su traición me duele Yu. — 10:50 pm.

— Lo siento hermanito, pero es mejor que se haya acabado ahora, no después de un matrimonio, no después de soportar más, era ahora o nunca. — 10:53 pm.

— Dijo que ya tenía a alguien más. —10:54 pm.

— Ese desgraciado, si se cruza por enfrente de mi camino lo asesinaré con mis propias manos. — 10:55 pm.

— No vale la pena Yu, nunca valió la pena ni el sufrimiento que viví, sólo me aferré a él para no estar solo. — 10:58pm.

— Fue un grave error Hakkai, pero tú diste lo que tenías para dar, el karma se encargará del resto. — 11:02 pm.

— Me pidió que dejara su ropa en una maleta, que vendrá por ella cuando yo no esté en casa. — 11:03 pm.

— Y porqué no vienes a casa conmigo, Imaushi está de viaje y no regresará hasta en unos días, quédate conmigo mientras pasa la tormenta y así me haces compañía.  — 11:06pm.

— Ni siquiera le importó Nero. — 11:08pm.

— Es mejor que se largue, empaca tú y te vienes conmigo, luego buscaremos otra casa para que te mudes, sé que esa casa la compraron los dos, pero es mejor que abandones todo, véndela y entrégale a Mio lo que corresponde. — 11:11 pm.

— Está bien, llegaré mañana. — 11:14 pm.

— No te deprimas, Mio no es el único hombre, ni tampoco el mejor, tú mereces más que eso, trata de dormir, mañana estarás mejor. — 11:20 pm.

— Gracias Yu, buenas noches.— 11:23pm.

— Buenas noches. — 11:24 pm.

Hakkai estaba sentado en el sofá, recordando todo, los buenos momentos con Mio, los cumpleaños, navidades, fiestas y el buen equipo en el que se habían convertido trabajando.

Ya eso no existiría, las lágrimas se asomaron en su rostro y empezaron a caer.

Pero no eran de tristeza, eran de dolor.

Sí, le dolía la traición de Mio y sobre todo lo cobarde que fue en engañarlo cuando él daba todo para que estuviera a gusto, cuando el sacrificaba su libertad por la comodidad de Mio.

Hakkai comprendió porque Mio siempre llegaba tarde del trabajo, sobre todo en los días que no iba al estudio, y porqué siempre su ropa olía a cigarro si Mio había dejado de fumar.

Todo tenía sentido, por eso Mio no se esforzaba en mejorar ni cambiar en nada, pues ya estaba preparado para tirar todos los años que había tenido junto a Hakkai a la basura.

Sólo estaba esperando el momento perfecto o la excusa perfecta para hacerlo.

Al parecer nadie es suficientemente bueno para Mio, y Hakkai se llevó la mala suerte de estar en medio de su camino.

Pero, se acabó.

Adiós Mio, buena suerte.

Con raspones y heridas cubriendo su piel.
Con cicatrices adornando su cuerpo.
Ese era el costo de la libertad.

En otro universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora