¿Coincidencia o destino?

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Hakkai Shiba.

16 años.

El menor de tres hermanos, quizás el más consentido y el más mimado por ser el más pequeño, detalles que no le molestaban en absoluto, pues amaba sentirse amado.

Taiju era el mayor de los tres, un hombre bastante dominante y con un carácter demoníaco, reconocido por su exigencia y poca versatilidad en los negocios.

Sin embargo el mayor de los Shiba era muy distinto con sus hermanos, siempre siendo muy sobreprotector pero a la vez muy amoroso, a pesar de su muy mala y conocida reputación, él jamás había sido violento ni grosero con sus hermanos menores.

Taiju en sus años de adolescencia estuvo en la cárcel, todo por incluirse en un grupo de pandillas muy peligroso.

Mientras Hakkai aún era muy pequeño toda la familia Shiba tuvo que mudarse de ciudad dos veces, para evitar que los enemigos de Taiju ganados dentro de sus conflictos de pandilla llegasen a matar a su familia.

El padre de Hakkai gastó miles en la reformación de Taiju, llevándolo a otro país y agotando todos sus medios para lograr mejorar su comportamiento agresivo y después de mucho tiempony dinero invertido lo logró.

Unos años después Taiju era una persona nueva, cuando cumplió su mayoría de edad su padre lo nombró para ser parte de la empresa de los Shiba.

Con una diferencia de 6 años entre Taiju y Hakkai, Taiju era el encargado de todo mientras su padre no estaba.

Yuzuha era la hermana del medio, por su parte ella vivía de manera diferente, ella era 2 años mayor que Hakkai, se encontraba en la universidad, ella estudiaba derecho para convertirse en la parte legal de la empresa de su padre.

Siempre había sido fácil de tratar con ella, Yuzuha era con quien más tiempo compartía Hakkai, desde niños siempre que sus padres estaban fuera por negocios, ellos dos eran los únicos jugando por la casa.

La joven Yuzuha se había enamorado de alguien que era menor que ella, el chico rubio estaba comprometido con una chica de su colegio, Yuzuha lo admiraba demasiado, se habían convertido en buenos amigos, pero estaba resignada que ese era sólo un amor platónico con el chico llamado Takemichi.

Ella se la pasaba contándole de él a Hakkai, sobre cuando estaban en el mismo colegio, a Yuzuha realmente le seguía gustando pero nunca quiso interferir entre él y su novia.

Ella en su poca diferencia de edad con Hakkai fue una buena hermana, le enseñó a su hermanito que cuando se amaba a alguien que ya es feliz, se le miraba desde lejos, sin interferir.

Aunque ese consejo parecía no tener ninguna validez para Hakkai, quizás lo pondría en práctica mucho tiempo después.

Hakkai no tenía ninguna queja de su vida, estaba llena de amor y eso lo volvía él más feliz, recibía de sus hermanos y padres toda la atención que podían brindarle, cuidando de él y enseñándole, llenando su vida, como si lo hubiera necesitado de mucho tiempo atrás, imaginando que quizás en otra vida no fue amado de esa forma.

Él sí creía en la existencia de las múltiples vidas, la reencarnación de las almas y los recuerdos de vidas pasadas, le parecía sorprendente el pensar quién  había sido antes y quien sería ahora, si conocería a las mismas personas, si serían iguales, incluso saber como fue su muerte en la vida anterior, todas esas eran curiosidades que le habían surgido al estar leyendo libros sobre esos temas, si su hermano Taiju se daba cuenta seguro lo regañaría, él era un hombre muy religioso y el tema de vidas pasadas era una blasfemia para una persona como él.

En otro universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora