Su primera Navidad

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Para Ángelo la navidad es una fecha importante, pues su cumpleaños es en noche buena.

Una fecha donde todos están juntos, comparten una cena y esperan junto al árbol de Navidad felicitarse.

Este año sería diferente para él, no viajaría a visitar a sus padres, se quedaría con Takashi.

En el apartamento de Ángelo junto a Takashi habían arreglado un árbol de navidad decorado con adornos de color dorado.

Habían preparado galletas y cocinado la cena para los dos, planeaban quedarse juntos en el sofá viendo alguna película mientras llegaba la medianoche, calentándose el cuerpo y el corazón.

Takashi había ayudado a Ángelo con su pastel de cumpleaños pastel de cumpleaños, Takashi no era bueno en la repostería pero si era muy bueno decorando, con pequeños detalles dorados y perlas comestibles, bañado en crema de mantequilla de color celeste que simulaba el agua del mar, era un pastel pequeño, pues sólo los dos estarían esa noche.

Takashi le compró un regalo Ángelo, al de cabellos durazno le gustaban mucho las tortugas, Takashi le empacó una tortuga de peluche en una cajita celeste, cubierta de dulces y una pequeña nota.

— Feliz cumpleaños, cariño.

El ambiente dentro de ese pequeño apartamento podía sentirse cálido, se respiraba amor y felicidad, era la segunda navidad fuera de casa para los dos.

Pero la primera que estarían acompañados el uno con el otro.

Mientras comían y conversaban Ángelo le pidió a Takashi ir a ver los fuegos artificiales en la plaza central, Takashi no tenía demasiadas ganas de salir, la temperatura en el exterior había bajado mucho y la nieve pronto empezaría a caer, pero aceptó, porque era Ángelo quien se lo pedía.

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Navidad para Hakkai y Mio era completamente diferente, no se trataba de una íntima velada en la comodidad de su hogar, para ellos navidad se resumía en una cena con la familia de Shiba, una gran reunión familiar donde todos conversaban sobre sus vidas, logros y metas.

Esa navidad Yuzuha se había vuelto el centro de atención, la noticia de su embarazo provocó un vuelco emocional en todos los presentes que corrieron a abrazarle.

Mio la felicitó lleno de alegría, pues a él le gustaban mucho los niños y soñaba alguna vez poder tener la oportunidad de adoptar uno.

Hakkai por su parte estaba feliz y algo asustado, no es que le molestaran los niños, pero le aterraba la idea de ser el niñero algún día, no compartía la idea de convertirse en padre algún día junto a Mio, o quizás solo era porque no deseaba hacerlo junto a él.

El ambiente era de alegría en el hogar de los Shiba, donde ya habían tres nuevos integrantes, Mio, Imaushi y el bebé que está en el vientre de Yuzuha.

Mío había mejorado sus actitudes tóxicas, dándole un respiro a Hakkai en la vida, por lo cual habían decidido mantenerse juntos, pues no podían ignorar que se amaban desde hace varios años y sus planes de casarse estaban a sólo semanas de ocurrir.

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Minutos antes de la medianoche frente a una plaza donde los fuegos artificiales adornaban el cielo de mil colores.

En lados opuestos se encontraban dos parejas.

Azul y rubio.

Durazno y lavanda.

Jurándose amor por siempre, jurándose  un futuro.

Sin saber que están destinados a solo ser en ese momento, fugaces, pero eternos.

De esos amores que te marcan por siempre con su sabor, que dejan una huella indeleble.

Pues los amantes de esta vida necesitan reencontrarse pronto.

El cielo se iluminó de fuegos artificiales azules y violetas, dando la bienvenida a la Navidad de ese año.

La última que estarían separados.

Ha llegado el momento.
Te sigo esperando.

En otro universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora