Antes del final

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Días antes del suicidio de Kaori, ella llevaba noches enteras aplazando la conversación con Takashi, días en los cuales trataba de sacar de su mente la idea de acabar con todo de una vez.

No quería dejarlo, no quería abandonarlo, pero ella sabía que no estaría solo, pero estaría destrozado y le costaría vivir demasiado después de su partida.

Sabía que no era el mejor amor de Takashi, pero logró dejarle una huella imborrable.

Esa tarde Kaori fue al apartamento de su hermano, su relación con él no era la mejor, pero, quería charlar con él.

Tocó la puerta de su apartamento y en unos pocos minutos, un Kazutora sólo en short, sin camisa y con cara de desvelo la recibió en la puerta.

-— Me dejas pasar o ¿ya no es bienvenida tu hermana? — le habló Kaori.

Mmmmmm, no tengo idea de qué haces aquí, pero entra.

Kazutora fue al refrigerador en busca de bebidas, le lanzó una lata a Kaori y se tiró en el sofá frente a ella.

— ¿Qué quieres Kaori? — no solía recibir visitas de ella con frecuencia cuando las recibía no le daban una buena sensación.

Acaso no puedo solo venir a saludarte.

— Siempre que apareces es porque tienes trabajo o quieres algo para tus jefes.

Hoy he venido sólo como tu hermana. — Kaori agachó su rostro.

— ¿Aún tienes secuestrado a Mitsu?

— No es un secuestro, no lo llames así.

— Está en contra de su voluntad contigo y lo estás hundiendo en tus malos hábitos Kaori. — no era la primera vez que Kazutora le reprochaba.

Pero él sigue ahí, no se ha ido.

— Porque tiene miedo de que le des un tiro en la cabeza apenas se oponga a ti.

Kazutora, yo no vine a que me regañes, ni que me sigas restregando en la cara las cosas que he hecho mal, ¡PORQUE YA LO SÉ!

Kaori había perdido el control de la situación pues las palabras de su hermano eran lo mismo que echar sal en una herida abierta.

Le dolían demasiado.

Kazutora conocía que su hermana no estaba bien, que sus actos no eran justificados, pero el que ella reconociera su error, era una sorpresa para él.

Las lágrimas empezaron a salir de los ojos de Kaori, era la primera vez que lloraba frente a su hermano y era la primera vez que él miraba como ella se desmoronaba enfrente de él.

Kazutora se acercó y la abrazó, podía sentir como Kaori estaba pidiéndole auxilio y él no la estaba ayudando en nada porque solo le reclamaba y no la escuchaba.

Pasaron los minutos mientras Kaori solo lloraba en los brazos de su hermano, había guardado por meses todo el dolor que sentía, lo escondía detrás de una falsa sonrisa, lo calmaba drogándose hasta quedar inconsciente en el piso, hasta que fue demasiado lo acumulado y lo dejó salir.

Tora, yo voy a dejar en paz a Takashi, lo sacaré de esa prisión que vive conmigo. — sollozando amargamente.

Sin dejar de abrazarla y acariciando su cabello Kazutora le respondió.

Sé que lo amaste demasiado, pero es mejor así, déjalo ir, tú encontraras a alguien mejor que él, estoy seguro de eso, eres una mujer preciosa.

Él también merece alguien que lo ame más que yo.

También, pero tú debes soltarlo, te estás haciendo demasiado daño hermanita. — la voz de Tora era dulce, una pequeña caricia para el atormentado corazón de Kaori.

Gracias Tora, gracias por este abrazo, jamás voy a olvidarlo.

Soy tu hermano, estoy para ti, aunque nunca he sido el mejor y te pido perdón por eso, pero estoy dispuesto a ayudarte en lo que necesites.

Entonces cuida a Takashi por mi, no le dejes que me busque. — debía entregarle lo que más amó, a su único hermano.

— ¿Donde irás?

Me iré de la ciudad con el hermano de Ran, él tiene una casa vacía. — mintió.

— Mejor vente conmigo, vente a vivir aquí, así no estarás sola.

Kaori se separó de Kazutora y tomó con sus manos su rostro.

Lo siento Tora, Sanzu y Ran ya me han conseguido todo para irme de la ciudad, así será mas fácil para mi olvidarme de todo.

Por eso he venido a despedirme, porque te quiero hermanito.

Ambos se abrazaron y la tristeza que fluía en el aire era palpable.

Ella se despidió de él en la puerta.

Viajaré pronto, quizás mañana, cuídate mucho Tora, cuida a Takashi, será un viaje largo y no creo volver, pero no me olvides y algún día ve a visitarme.

Sonrió con los ojos cristalizados y se fue caminando por el pasillo hasta el ascensor.

Fue la última vez que Kazutora vio a su hermana, fueron claras las señales de que su viaje no era más que la muerte misma.

Pues aunque ella encontró un pequeño refugio en su hermano, ya era demasiado tarde, las ideas del suicidio la atraparon en sus brazos.

Y nadie lo notó a tiempo.

Su auxilio no fue escuchado.

Y la muerte se la llevó a su regazo.

En otro universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora