Dormir sin caerse

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Dormir con Ángelo era una situación complicada, solía moverse demasiado, tiraba de la cobija y empujaba a Takashi hasta tirarlo de la cama.

La primera vez que Takashi se quedó a dormir con él en su apartamento terminó tres veces en el suelo.

¡TRES VECES EN UNA NOCHE!

Era una situación sofocante, pues eran tan distintos al dormir, Takashi llegó a pensar lo mejor era amarrarlo a su lado de la cama, quizás así dejaba de moverse, o en definitiva aprender a dormir al sofá de la sala sería su única esperanza.

Cuando Takashi dormía con sus hermanas pequeñas nunca tuvo problemas, a pesar de que Luna y Mana se removían mucho, Ángelo duplicaba eso.

Intentó poniendo la cama al lado de la pared, así no lo tiraría fuera de la cama, pero terminó atrapado entre Ángelo y la pared.

Takashi hizo un muro de almohadas y cayó con todas ellas al suelo.

Pero eso era solo el menor de los malos escenarios, pues los sustos que Takashi había recibido al escuchar a Ángelo hablar dormido eran de otro nivel.

Una noche mientras Takashi aún medio dormido intentaba regresar a la cama de la que ya había sido echado fuera, escuchó a Ángelo riendo y hablando.

Sí, sí, ven aquí y verás.

Takashi pensó que Ángelo estaba despierto y se asomó a la cama, pero estaba profundamente dormido y sonriendo.

Para alguien sensible, eso ya le habría provocado unos tres infartos.

Al final después de varias caídas, miles de formas de evitar su golpe contra el suelo, de empujarlo a Ángelo también, de darle su propia cobija para que no le quitara la suya, se dio cuenta que existía una forma en la que Ángelo dormía sin moverse.

Si lo abrazaba.

Y desde ese día, todas las noches lo cubría con su abrazo, y nunca más Takashi volvió a visitar el piso.

En otro universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora