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Pasaron unos días más, pero no podía dejar de pensar en Chris, ni siquiera cuando trataba de mantenerme ocupado. Esa parte de mí que sigue perteneciéndole hace que a cada minuto me pregunte cómo está, si ha comido, si ha dormido bien. Esa línea de su carta que decía que no se estaba cuidando, pero que estaba tomando pastillas, me hacía pensar en cosas terribles y el miedo me estaba comiendo por dentro.

No me di cuenta cuando ya me encontraba en un taxi, a pocas calles de llegar a su casa, la que hace meses había sido nuestra. Pocos minutos pasaron para estar afuera de la puerta, toqué el timbre, nada. No se sentía ningún ruido desde adentro, por suerte, se me ocurrió traer las llaves que aquel día me habían dejado salir, abrí sin rodeos y entré. La preocupación que sentía era muy fuerte, y se hizo más grande al entrar.

Cortinas cerradas, olor a encierro, sofás desordenados, paquetes de comida vacíos a medio comer sobre la encimera de la cocina, todo oscuro. Seguí avanzando, sin saber dónde podría estar Chris, por lo que decidí subir e ir directo a la habitación. Abrí la puerta despacio y ahí lo ví, lo que me había imaginado varias veces y que no quería que fuera real. Las lágrimas se hicieron presentes e inundaron mis mejillas.

Él estaba ahí, tirado en la cama, con una mano colgando fuera de ella, lleno de pastillas que habían caído al suelo. No podía pensar en otra cosa que no fuera intento de suicidio. Me acerqué a él en cuanto pude reaccionar y puse dos dedos en su cuello, rogando por sentir su pulso. Sentí alivio. Gracias al de arriba que lo había mantenido con vida. Lo abracé y apoyé mi cabeza en su pecho, dejando salir todas esas lágrimas que me ahogaban mientras sentía sus latidos. Aún estaba preocupado, porque estaba vivo, pero eso no significaba que estuviera bien.

M e levanté minutos después y llamé al doctor de cabecera que tenía mi familia, le di la dirección y llegó en poco menos de una hora. Mientras esperaba que llegara, me dediqué a ordenar. Primero, recogí todas esas pastillas y leí para qué eran, antidepresivos. Seguí ordenando a oscuras la habitación y lo acomodé para taparlo bien. Bajé para abrir las cortinas y las ventanas, dejando que la casa respirara, y comencé a recoger todo lo que había tirado y que estaba roto para botarlo. Tal como si hubiera tenido un ataque de ira y hubiera golpeado todo lo que había a su alrededor.

Terminé de recoger toda la basura que había para echarla en la bolsa y llegó el doctor, le abrí, lo llevé a la habitación y le avisé que él aún estaba dormido, pero dijo que lo podría revisar mejor así. Terminó de revisarlo y bajamos para que siguiera durmiendo. No tardó mucho en decirme todo lo que tenía:

- ¿Cuál es tu diagnostico, tío? -sí, nuestro doctor de cabecera era el hermano de mi madre, por lo que teníamos confianza y también él sabía un poco sobre la historia de nosotros.- ¿Está muy mal?

- Por lo visto, está a un paso de estar intoxicado. ¿Dijiste que había un frasco de antidepresivos? -preguntó y yo asentí para que siguiera hablando.- Entonces, debió haberlos tomado demasiado sin medicación, sin comer o hasta con alcohol, lo cual es extremadamente peligroso, podía haber fallecido fácilmente.- y era probable, porque habían varias latas de cerveza y botellas tiradas cuando limpié.- También, su respiración no estaba como debería. Tiene fatiga y, al no haberse despertado mientras lo revisaba, significa que también ha tomado somníferos.

- ¿Somníferos? Pero no había ningún frasco de eso.

- ¿Revisaste por los cajones o debajo de los muebles? Si tomó muchos de golpe, es probable que haya tirado el frasco y hubiera quedado por ahí. -tomó aire mientras miraba por su alrededor y volvió a lo importante.- Pero bueno, lo que tendrás que hacer es tratar de que despierte lo antes posible y darle té de hierbas desintoxicantes. Que coma sopas para recomponerse pronto y nada de alcohol hasta que su salud se restaure completamente.

- Le avisaré a su madre para que le ayude. -creo que notó como mi expresión cambió mediante me decía lo que debería hacer, así que cambió su faceta de médico a tío.-

- Félix, debes saber que esto quizá comenzó en cuanto te dejó ir. No quiero decir que es tu culpa, pero sí él enfermó al extrañarte y no saber qué hacer para remediar el daño que te hizo. No puedo asegurarlo, pero sí es muy probable. He visto casos similares antes y, estos síntomas en conjunto, significan depresión del amor con todas sus letras. -se levantó del asiento donde estaba y se acercó a abrazarme cuando notó cómo corrían lágrimas por mis mejillas.-

Minutos después se fue y me quedé pensando en medio de los rayos de sol que entraban. Aún no lo había perdonado del todo, pero quería que se recuperara y que estuviera bien, aunque eso significara estar ahí a diario un mes o dos. Guardaría mis sentimientos un tiempo y me dedicaría a él. No iba a negarlo, el amor del principio seguía ahí, sólo que se había escondido bajo el dolor.

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doble cap para ustedes hoy !!
(son afortunadxs)
lxs tqm

- scarsknow -

ೃ⁀➷ ᴘꜱʏᴄʜᴏᴘᴀᴛʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora