III

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Alador y los tres Blight más jovenes intercambiaban turnos para tomar el volante de aquel auto, fue un largo viaje de California a la pequeña zona rural urbanizada de la Blight más vieja, mientras padre e hijos estaban tratando de interactuar animadamente, una vibra se sentía pesada, feromonas de disgusto se sentían en aquel pequeño vehículo.

- Odalia, ¿podrías calmar tu olor? - Estas haciendo que Edric se desconcentre - Alador empezó a soltar feromonas para alivianar el ambiente

- Descuida papá, esta bien - el alfa trataba de mantenerse sereno para no caer en la locura, en esa pelea de olores.

Pasaron unas horas más cuando finalmente los recibió un cartel que decía ~Bienvenidos a las Islas hirvientes ~ dieron un par de vueltas hasta que Alador preguntó sobre el paradero de su madre, que al parecer era bastante conocida por su carisma y humildad.

- Disculpe, ¿podría decirme dónde encontrar a Angélica Blight? -

- Por supuesto, recorra toda la calle principal de la ciudad casi al fina hay una zona donde aún hay muchas plantas y naturaleza, ay una casona. Ahí es - El hombre sonrio para seguir su camino

- Gracias - solo hizo una seña y se marcho

Los Blight se dirigieron al lugar, mientras por las ventanas del automóvil veían locales, puestos, alguna que otra tienda grande, plazas pequeñas y un par de escuelas que estaban sobre la calle principal al llegar a la dirección señalada bajaron del auto para tocar la puerta, una señora mayor abrió, ojos dorados, cabello canoso, pero aún mantenía una piel y facciones asombrosas, no tenía olor así que los chicos notaron que ella era una beta.

- Hijo mío - Abrazo al alfa - Mis nietos... - miro a la persona atrás de todos - a y tú Odalia - La mujer río y abrazo a su nuera - es broma, adelante adelante bajen el equipaje e instalence en cualquiera de los cuatro cuartos que hay en casa - Los chicos estaban emocionados en conocer el lugar, sin embargo amity se hacerco a la mujer y la saludo formalmente.

- Abuela Angélica, me da mucho conocerla - le extiende la mano.

- Vamos querida, no hagas tanta formalidad, nos conocimos cuando aún eras una pequeña cochorrita y mírate ahora, toda una alfa - La mujer sonrió tiernamente a la menor de sus nietas - puedes decirme abuelita, dime Amity, ¿cuántos años tienes? -

- Ya 22, estaba estudiando leyes, pero no me desanimó se que puedo estudiar aquí -

- Ya veo, pero tendrás que esperar hasta que habrán inscripciones pequeña - Amity solo sonreía

- Lo sé, igual tendré que buscar un trabajo mientras tanto - la platica entré ellas dos duró un largo rato para ponerse al día, los gemelos Blight bajaron las maletas y escogieron su habitación, Alador y Odalia planeaban en que podrían trabajar. La paz de la casa fue interrumpida por el timbre, Amity y su abuela al estar más cerca fueron a la puerta, encontrándose con una joven alfa.

- Hola Doña Angélica, le traje el mando que me encargó, y mi madre le manda un pay de limón, esta agradecída por los medicamentos - dijo la chica.

- No es nada Boscha, pasa te presentaré a mi nieta - La mujer la dejo pasar a su casa, dejando a ambas alfas para conocerse.

- Hola, un gusto conocerte, me llamo Amity - Le dio la mano.

- Hola Amity, como escuchaste de tu abuela me llamo Boscha, para venir del otro lado hablas bien el español, y relaja la raja no hay porque tener formalidades - Le tocó el hombro.

- De acuerdo, mi padre habla ambos idiomas, nos acostumbro a mi y a mis hermanos, espero podamos llevarnos bien y ser amigas - Sonrio Amity - Por cierto, ¿sabes de algún lugar donde pueda encontrar trabajo? -

No importa el lugar, solo importa estar contigo (LUMITY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora