Las cosas a veces no salen como deseamos, al menos no para Leyla Oskan, una estudiante de la universidad que desea salir adelante y crear su propio imperio sin depender de nadie, pero eso cambia cuando alguien ofrece ayudarle a crecer: su profesor...
"Cada momento que pasamos juntos se va volviendo más y más perfecto".
LEYLA OSKAN
Ya en casa, me pongo a pensar en lo bien que la pasé hoy con mi profesor de artes y con sus amigos. Todos son muy geniales y aprecio demasiado que quisieran hacer compañía conmigo.
Veo que tocan la puerta de mi casa, ¿quién será?
Salgo corriendo a ver por el picaporte y son Irem, Sevda y Kerem por lo que les abro rápidamente.
Me miran algo enojados, mierda, no puedo decirles donde andaba.
—¡Oskan!, ahora nos dirás donde andabas metida. —menciona Sevda algo enojada.
—Claro que sí, tontos —sonrío, pero realmente es de los nervios.
Entran y nos vamos directo a mi habitación, tengo que decirles de la cita, porque si no le digo yo, se van a enterar y me querrán matar.
Se acomodan a su gusto, siempre vienen y se quedan como que es su casa.
—A ver, ¿dónde andabas y con quién? —menciona Kerem, sé que ha estado enamorado de mí, pero es que lo veo como mi hermano.
—Pues, digamos que andaba con mi profesor de artes y, tengo una cita... esta noche con él, quizás... —Irem y Sevda chillan cuando digo eso.
—¿Cómo que una cita niña? —río cuando Irem me pregunta.
Ya van a empezar con sus locuras.
—Pues... sí, ¿cómo les explico sin que exploten?, él me ha enseñado nuevas técnicas de arte y es una buena persona fuera de todo eso. —me miran rodando los ojos, a Kerem no le ha gustado esto.
—Sí, claro, cuidado si te pasa su pincel por tu lienzo, estúpida —Sevda dice y todos reímos—. No es broma, es lindo y todo, pero no lo conoces bien, no sabes que intenciones tiene contigo.
—No creo que le guste una niña como yo, de todos modos, si soy su estudiante más sobresaliente, sin embargo, no por eso debe enamorarse de mí.
—Claro, como digas —menciona Sevda—. Me pongo así porque él debía salir conmigo, está riquísimo, que suerte tienes Leyla, me cuentas que tal como besa y todo —golpeo ligeramente su hombro.
—No voy a besarme con él, solo vamos a... salir, debo buscar qué ponerme.
—Como si no quisieras que te besase —río, cuando Irem me dice esto, son malas en serio.
—Pues te ayudamos —Kerem coloca algo de música mientras Irem y Sevda me ayudan a buscar algo lindo.
—Es en un restaurante fino, pero no tienen que buscar nada extravagante. —menciono, pero hacen caso omiso a mis palabras—¿chicas?, ¿acaso escucharon lo que les dije? —ríen y asienten.
—Pues claro que te escuchamos, acá está el vestido. —Expresa Irem y veo uno rojo corto, que no he usado porque es para "ocasiones importantes", pero si me quiero ganar al profesor, creo que lo amerita.
—Me encanta, chicas, lo tenía para momentos... ustedes saben—subo las cejas y pongo una cara pícara.
—Ya entiendo, ella no va a besarlo, ella se lo quiere follar —esta Sevda es malvada.
—Si se presenta la oportunidad, se aprovecha, ¿no?, eso me han dicho ustedes.
Me miran con asombro, que malas son; aun así, bueno, tengo que hacerlo.
—Aún eres virgen, no considero que le des tu virginidad a tu lindo profesor —enarco una ceja cuando Irem me dice esto.
—No se hagan las sorprendidas cuando suceda, ya se los advierto.
Tomo una lencería que tengo guardada hace tiempo, negra con rojo y unos encajes que quedan bien a juego con la ropa que me pondré, ya me centraré en un objetivo y es jugar un poco con mi profesor.
¡Me da igual ya todo!, le tengo ganas y quiero que me entierre el pincel.
[...]
HALIL YILDIZ
Ya es hora de irme a mi cita con Leyla, admito que me siento nervioso, tengo mucho que no salgo a una cita con una mujer que sea decente, no quiero hacerle ningún tipo de daño, solo quiero que nos conozcamos y ser felices un rato.
Estoy llegando a su casa, ella me dijo que estaba esperándome lista, debo controlarme las ganas, no obstante, si me provoca y quiere, la toco y hago mía sin problemas, de todos modos, eso es un anhelo secreto que tengo.
Lo único es que me dijo que es virgen, que no ha tenido ningún hombre en la vida que la haga sentir y ser feliz, lo cual me asombra de una chica tan hermosa como ella, en fin, así es la vida, quizás Dios la estaba guardando para mí y con gusto la cuidaré.
Ya mi etapa de puto pasó, quiero estar tranquilo solo bailando, no importa que sea un stripper de primera, lo hago más por dinero, aunque tengo mucho no puedo negarlo.
Mi sueño era ser un artista y bailarín, por lo que con eso puedo hacer posible mis sueños, ambos.
Pero llegará un día en que necesite casarme, tener a alguien a mi lado y como que la vida me está dando una señal con Leyla.
Aunque sea mi estudiante de universidad, no le quita que pueda ser mi chica, me propondré a eso hasta lograrlo.
No quiero mirar a nadie más de ahora en adelante.
Lo admito para mí mismo, me gusta esa chica más de lo que debería.
Me encuentro en la puerta de su casa, le dejo un mensaje y de inmediato sale.
Cuando la veo me quedo atónito con la ropa que lleva puesta. ¡Joder!, que hermosa se ve en ese vestido, ha cautivado todos mis sentidos.
Se va a subir al auto en la parte trasera y niego.
—Buenas noches, linda, sube delante, por favor, última vez que te digo que hagas eso —ríe y se sube delante.
—Buenas noches, señor Halil —me da un beso en la mejilla y me estremezco, vale, cálmate, apenas empieza la noche.
—Que hermosa te ves, Leyla, más de lo usual cuando usas pantalones ajustados —se sonroja y agacha la cabeza tocando sus muslos.
—Muchas gracias, admito que usted también se ve muy bien.
Me gusta bastante que ella sea tan neutral, tranquila y buena a pesar de que sea su maestro.
Ella me gusta demasiado y no sé cómo sobrellevar esto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.