Capítulo 27

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Nos despedimos de mi madre, mi hermana, la Mari y Juls. Natalia se había prendido y no iba a dejarla con las ganas, ya que yo también me encendí y quería estar ya con ella.

-Ven...- me dió la mano para hacerme entrar en la casa.

-Vaya... tres años después - dije al entrar en la enorme casa.

-Te ha echado de menos...- Nat me abrazó por detrás dejando un húmedo beso en mi cuello - y yo también...- volvió a besarme en el cuello mientras sus manos subían a mis pechos y me los apretó.

-¡Ah! - gemí por el contacto y me dí la vuelta para quedar cara a cara con ella -. Te echo de menos...- le dije y nos fundimos en un beso más suave y cálido.

Nat y yo subimos a su cuarto, estaba bastante cambiado. En la pared del pequeño salón estaba el cuadro que le regalé por su cumpleaños... muchas cosas cambiaron del lugar y yo agradecí que no estuviera como la última vez que estuve ahí.

-Puedes decorarlo a tu gusto si lo prefieres...- Nat se acercó por detrás y me habló al oído - pero eso podemos tratarlo mañana...- poco a poco comenzó a desabrocharme la blusa...

Me desperté sóla en la cama de Nat, miré a mi alrededor y ví una bandeja con el desayuno sobre la mesita de noche y una nota.

«Estoy en el estudio, te amo».

Después de desayunar y ducharme, cogí ropa en el armario de Nat, me quedaba algo grande pero no se notaba mucho, y bajé al estudio, donde la encontré con un montón de personas más, supuse que era su equipo de producción.

Entré y saludé. Nat estaba al otro lado del cristal y cuando me vió me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-Un segundo, chicos. Por favor - dijo en cuanto terminó de grabar la primera estrofa - podéis aprovechar para ir a comer algo - las personas que estaban en la habitación con nosotras salieron todas.

-¿Cómo se llama? - pregunté por el título de la canción.

-A otro lado.

-Es preciosa.

-Tú eres preciosa...- dicho eso me besó.

Estuvimos varios minutos besándonos hasta que sonó mi móvil. Natalia lo cogió de donde estaba sobre la mesa de mezcla y miró la pantalla, inmediatamente se separó de mí de golpe.

-¿Para qué te llama? - me preguntó dejándome ver el nombre que aparecía en la pantalla.

-Le dejé un mensaje... tenemos que hablar.

-¿En serio, Alba? Vale, de acuerdo. Ház lo que quieras...- sonaba bastante enfadada.

-No tienes que ponerte así, amor.

-Contesta - me entregó el teléfono. Yo descolgué la llamada y puse el teléfono en altavoz...

Ví cómo Nat le quitaba importancia a eso y se centraba en su móvil.

-Hola, Alba. Ví tu mensaje.

-¿Cuándo podemos vernos? - al soltar esa pregunta ví cómo Nat soltó un bufido.

-No sé cuándo pueda pasar por Valencia.

-Estoy en Madrid.

-Ahora mismo estoy en casa, ¿te pasas?

-Vale - colgué y miré a Nat -. ¿Me acompañas a casa de Álex?

-Tengo que trabajar - contestó sin apartar la mirada del móvil.

-Natalia.

-¡Joder, Alba! Estábamos muy bien aquí ahora, besándonos y todo, y resulta que quieres ir a ver a tu ex ahora. Si es que realmente es tu ex, ya no sé qué pensar.

-¿Estás dudando de mí? ¿otra vez?

-Me estás dando motivos. No entiendo para qué quieres verlo. Y si por el motivo que sea, decides que es con él con quien quieres estar...

-¡Natalia! - le chillé.

-Sólo te pido que no me alejes de mi hija...- por primera vez levantó la mirada del teléfono, tenía lágrimas en los ojos. A mí me enterneció.

Me acerqué a donde estaba ella sentada y cogí su cara con las dos manos para después estampar mis labios sobre los suyos.

-Te amo - le dije juntando nuestras frentes - no hay nada en esta vida que nos pueda separar de tí. Somos tus pequeñas palomillas de azotea, ¿recuerdas?

-Te quiero, cielo.

-Ven conmigo, por favor. Además, un pequeño descanso no te vendrá mal. Dices que tienes una gira que empezar dentro de poco.

-Se me pasó contarte lo de la gira, es por toda Europa, ¿te vendrías conmigo?

-Nat, por favor. Quién renunciaría a viajar por Europa.

-Voy a decirles a los chicos que se tomen libre el resto del día.

Nat les informó a los de su equipo y todos se fueron, minutos después estábamos en el piso de las chicas, porque tenía que recoger algunas cosas para bajar después al piso de Álex, que seguía viviendo en el mismo lugar.

-¿Qué hacemos aquí? - me preguntó Nat cuando me vió llamar al timbre del piso de Álex, no sabía que esa era la casa de Álex.

-Aquí vive Álex - abrió los ojos como platos e iba a hablar, pero de repente se abrió la puerta.

-Alba, hola.

-Hola.

-Creo que conoces a Natalia.

-Pasen...

Álex se apartó para que pudiéramos entrar, y después nos dijo que nos sentáramos.

-Y bien, Alba. ¿Para qué soy bueno? - me preguntó sentándose frente a mí sobre la mesa y yo me arrimé hacia Nat agarrando su mano.

-Sé que Nat te ofreció mucho dinero - afirmé y él asintió con la cabeza - sin embargo, para mí no es suficiente - abrí mi bolso y de él saqué una folder con un documento...- quiero que firmes esto, Álex - le entregué la carpeta.

-¿Qué es eso, Albi? - preguntó Nat.

-¿Qué es eso, Albi? - Álex la imitó y ví cómo los ojos de Nat echaban fuego.

-Son los papeles que certifican que renuncias por completo a la paternidad de mi bebé - Álex soltó una carcajada y Nat se puso más tensa. De no haberla tomado de la mano con fuerza, habría acabado estampando su puño en la nariz de Álex.

-¿Estás de coña, Alba? Si esto no hacía falta... ¿dónde tengo que firmar? - se lo indiqué y después que firmó, Nat y yo regresamos al piso de las chicas a comer. Mi madre nos había preparado una comida, ya que ese mismo día se regresaba a Elche.

-¿Y ya saben dónde van a vivir cuando se casen? - preguntó mi madre y Nat me miró.

-En mi casa... ¿no? - me preguntó dudosa, ya que le había dicho que no quería vivir ahí.

-Nat, sabes lo que pienso sobre vivir ahí. Además, quiero vivir cerca de ellas - dije mirando a mis amigas - estoy segura de que por Malasaña quedará algún piso libre.

-¿Un piso? - me preguntó Nat.

-Sí, de tres habitaciones. La nuestra, la de Oli y una de invitados.

-Pero... en algún momento tendremos que ampliar la famila, ¿no?

-¿Qué me estás queriendo decir, Nat?

-Ya me entiendes - y la entendí perfectamente y me emocioné.

-Me gané la lotería con esta chica, mamá - dije mirando a mi madre.

-Totalmente.

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