Capítulo 25

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-Sí, es lo importante - dije.

Mi madre no sabía nada de mi embarazo todavía. Quería decírselo personalmente y no por teléfono, por eso le llamé antes de irme a Madrid, pero ella no vino y yo, por motivos de trabajo no podía desplazarme a Elche, aunque quedara muy cerca.

-Mami... estoy embarazada. Voy a tener una bebé.

Ví a mi madre saltar de la silla con toda la alegría del mundo. Natalia sonrió tiernamente ante la pequeña escena de mi madre, y yo sonreí al verla sonreír. Era tan guapa, tan hermosa...

Cualquier palabra para definir cómo se veía en ese momento se quedaba corta.

-Lo sabía, sabía que ese Álex me iba a traer muchas alegrías cuando viniste a presentármelo a Elche - soltó mi madre y miré a Nat. Ví cómo la sonrisa que tenía en la cara iba desapareciendo poco a poco y me devolvió la mirada. Esta vez era una mirada triste, llena de dolor -. En cuanto lo ví me cayó tan bien el muchacho... No te imaginas, Natalia. Supe al instante que era el amor de la vida de mi niña - Nat luchaba para que no se le cayeran las lágrimas, yo igual - y bien... supongo que habrá planesde boda - en cuanto lo mencionó no pude evitar mirar el anillo que me había dado Natalia, pero mi madre se percató del gesto y vió el anillo -. ¡Es precioso! Ese Álex ha demostrado ser un caballero a toda regla.

-Rafi, ha sido un placer conocerla, no se imagina cuánto, pero yo tengo que tomar un avión...- se levantó de la mesa sin mirarme y yo me quedé alucinada. Se iba a ir sin decirme nada.

Quise ir tras ella pero mi madre me entreruvo, y cuando por fín ya había quedado libre para ir a hablar con Natalia, ella apareció bajando las escaleras ya vestida.

-Nos vemos - fue lo único que me dijo antes de salir por la puerta.

-Es muy maja, Natalia - dijo mi madre - pero ahora tenemos que centrarnos en lo importante. Dame el número de Álex.

-¿Para qué, mamá? - pregunté enfadada.

-Va a ser mi yerno oficialmente, debemos hablar.

-Mamá, ni Álex va a ser tu yerno, ni es el amor de mi vida. Álex es un imbécil que en cuanto le dije que estaba embarazada decidió salir de mi vida para siempre. Y sinceramente le agradezco que lo haya hecho.

La cara de mi madre era un auténtico cuadro. Seguro que no se lo esperaba.

-¿Y el anillo? ¿Con quién te vas a casar?

-Con el amor de mi vida, mamá - Jamás le hablé de Natalia a mi madre, pero ella sabía que salía con chicas también.

-De casualidad... ¿el amor de tu vida es quien hace tan sólo escasos minutos ha salido por esa puerta? - mi madre no tenía un pelo de tonta, así que yo asentí.

-Sí, mamá. Nos amamos.

-Creo que la cagué - se llevó la mano a la cara.

-Muchísimo.

-Alba, hija. ¿Por qué no me lo dijiste desde el principio?

-Quería decirte primero lo del embarazo. Ve a ver...- las dos nos levantamos y nos dirigimos al cuarto de la niña -. No la esperaba... se suponía que estábamos separadas, pero ayer llegó con todo esto y me pidió perdón por todo... y luego se arrodilló y me pidió que me casara con ella. Y ahora, después de tres años estamos intentanto construir nuestra vida juntas.

-¿Tres años?

-Mi historia con Nat es muy larga de contar, mamá.

Me tiré toda la tarde contándole a mamá todo lo que había pasado entre Nat y yo. Y después de un rato culpándose por ser la causante de una posible ruptura la tranquilicé diciéndola que no era culpable de nada, y que no habría ruptura. Natalia era el amor de mi vida y no iba a separarme más de ella nunca.

Iba a ser mi esposa y yo me dedicaría en cuerpo y alma a hacerla felíz y devolverle esos tres años que perdió por mi culpa.

Antes de irme a la cama recibí un mensaje, era de Nat y yo sonreí al leer lo que ponía.

«Buenas noches a tí y a Oli. Os amo».

Me dormí con una sonrisa enorme en mi boca. Natalia Lacunza era todo lo que quería y deseaba. Era mi felicidad y mi vida entera. La madre de mi hija. El amor de mi vida...

A la mañana siguiente me fui con mi madre a Elche, ya que ella se quedó a dormir conmigo y hacerme compañía.

Estuve sentada en la terraza y me metí a instagram, ví una publicación de Natalia, en la que aparecía en el estudio. Acompañaban la foto las siguientes palabras:

Sólo es el primer día y ya estoy deseando veros, pequeñas palomillas de azotea❤❤

Poco después publiqué la misma foto acompañándola con un:

Te amo, mami😘
De parte de Oli.

Tres segundos después de mi publicación, Nat le dió like y comentó:

Mi princesa Oli😍

-¿Y esa sonrisa? - me preguntó mi madre ofreciéndome una taza de café.

-Nada, estaba mirando instagram y ya - dije sin dejar de reírme.

-¿Natalia? - me preguntó sentándose a mi lado.

-Natalia, mamá.

-Me alegra tanto verte tan inmensamente felíz...- mi madre me abrazó y nos quedamos así un buen rato hasta que fuimos a preparar la comida.

Después de comer, mi madre recogió algunas cosas y regresamos a la ciudad de Valencia. Tenía todavía muchas cosas que arreglar antes de volver a Madrid.

El domingo en la tarde llegué a Madrid, el piso de mis amigas era el lugar en donde me iba a quedar. Estuve tentada a ir a buscar a Nat, pero sabía que ella, aunque no lo mostraba, seguía enfadada y dolida por las palabras de mi madre hacía una semana atrás.

-Qué bueno que regresaste, Alba - dijo la Mari.

-Y con novedades - comentó Marina levantando repetitivas veces las cejas.

Ella ya sabía lo del compromiso. Se lo dijo la Rafi, obviamente, pero ella no se lo contó a las demás porque yo le dije que quería que fuese una sorpresa y así fue.

Se lo dije a mis amigas y no se lo podían creer, sobre todo Afri, que me comentó que Nat llevaba ya una semana metida en el estudio, y que no tenía cara de alguien que se fuera a casar con el amor de su vida. Y eso me preocupó bastante.


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