Renacimiento en un mundo mágico

Capítulo 65

Una vez que comencé a pensar en los encantos de la memoria, no pude evitar pensar en el infame profesor Gilderoy Lockhart del segundo libro. Fue famoso en todo el mundo por sus muchas aventuras. Pero, Harry y sus amigos descubrieron que era un fraude.

Si bien Lockhart fue más o menos un mago fracasado, sobresalió en un área, los recuerdos encantan. En eso, era casi un artista. Lockhart encontraría magos desprevenidos que habían logrado grandes cosas y modificaría o borraría sus recuerdos hasta donde él era quien había realizado las hazañas. La gran cantidad de veces que se salió con la suya resaltó su habilidad.

Los libros sobre la memoria que obtuve de la Sala de los Menesteres explican que hay varios tipos diferentes de hechizos de memoria. Algunos pueden sellar los recuerdos y otros pueden usarse para convertirlos en algo completamente diferente. El libro también advirtió que los encantos de la memoria no requieren poder, sino delicadeza. No estaba tan interesado en aprender a sellar recuerdos como en aprender a crear nuevos.

Fruncí el ceño cuando leí que la mayoría de los encantamientos de memoria son ilegales para cualquier mago del ministerio no sancionado. ¿Cómo en Merlin's Shitspackled Beard se suponía que debía practicar hechizos de memoria cuando son hechizos ilícitos? Hay excepciones, se pueden obtener del Ministerio, pero implican horas de papeleo y mucho papeleo. Pero dudo que los magos menores de edad puedan solicitar uno.

De alguna manera se suponía que debía aprender a crear un recuerdo falso, que es un proceso extremadamente delicado. No solo eso, sino que tampoco podía practicar los encantamientos de memoria con otras personas, y se esperaba que de alguna manera aprendiera conmigo mismo como sujeto de prueba.

Cuanto más lo pensaba, menos me gustaban mis oportunidades. Era casi marzo, y solo tengo hasta el dos de mayo para terminar el juicio. La única buena noticia que parece es que hablar de amuletos de memoria parece ser una laguna en el contrato vinculante que firmé. Parece que los Encantos de Oclumancia y Memoria son lo suficientemente diferentes a dónde puedo buscar ayuda.

El problema es que no hay una buena forma de pedir ayuda. Ningún profesor en su sano juicio le enseñará a un segundo año ninguno de los encantos de la memoria. Si bien estoy seguro de que, en teoría, puedo lanzar los hechizos por mi cuenta, sin práctica, tenía cuidado de probarlo por mí mismo.

Entonces tuve una idea. Si no puedo conseguir que alguien respetable me ayude, entonces solo necesito ir en la dirección opuesta. Después de todo, conocía la identidad de uno de los artistas de la memoria más talentosos del mundo. Solo necesitaba tener cuidado con la forma en que me acercaba a él. De ninguna manera podría arriesgarme a acercarme a él como estudiante, demasiadas cosas podrían salir mal.

Sacando una pluma y un trozo de pergamino, garabateé una carta.

Sr. Lockhart.

¿No debería desear que su secreto más profundo y oscuro sea revelado al mundo? Le sugiero que se reúna conmigo en Hog's Head en Hogsmeade este sábado a las seis de la tarde. Envía una respuesta con el búho. Entiendo que puede que no crea que conocerme valga la pena, e imagino que necesita alguna prueba de que conozco su secreto. Entonces, terminaré con un simple encantamiento. Olvidar.

Sellando la carta, me dirigí hacia la lechucería en la torre oeste. Una vez que llegué a la torre, seleccioné una de las lechuzas de la escuela al azar. Después de asegurar la carta, la lechuza común despegó hacia el cielo. No me preocupaba que Lockhart rastreara de dónde era la lechuza. Fuera de su talento mental, era bastante incompetente.

Ahora todo lo que podía hacer era esperar y ver si aparecía. Tenía que hacer algunos preparativos. Como obviamente no podía encontrarme con él con mi apariencia natural, tenía algunas cosas que necesitaba reunir. Primero fue el brazalete oculto que me dio mi tío. Produjo una ilusión genérica. Mientras no me tocaran, nadie se enteraría. A continuación, necesitaba encontrar y preparar una poción simple que cambiara mi voz.