Capítulo 20.5 - Deseo

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Aclaraciones:

- NSFW/+18
- Es opcional leerlo, si no te gusta el NSFW/+18 no es necesario leer, no afecta en la historia. 
- El próximo capítulo será ya normal. <3

*****

Una vez probado el dulce sabor de sus labios, no podía detener esa necesidad de continuar saboreándolo, así que se lanzó de nuevo, colocando sus brazos sobre los hombros del ruso, para lograr profundizar el beso. Necesitaba levantar ligeramente los talones, pero valía completamente la pena.

Caminaron hasta el interior de la cabaña, deteniendo los besos únicamente cuando tropezaban con sus propios pies. Sus respiraciones comenzaron a volverse pesadas, sintiendo su sangre comenzar a hervir al mismo tiempo en que el contacto de sus labios comenzaba a volverse más desesperado.

Se separaron, mirándose a los ojos una vez más, buscando en la mirada contraria la confirmación de lo que estaban a punto de hacer. Ninguno pudo visualizar duda en los ojos ajenos, por lo que, sin pensarlo una vez más, retomaron el beso, esta vez tropezándose hasta llegar a la habitación.

La parte trasera de las rodillas de Volkov impactó contra el borde de la cama, obligándolo a caer sentado, permitiendo así que el príncipe tomara lugar sobre sus piernas, teniendo finalmente una posición ventajosa para llevar el ósculo.

Succionaba ligeramente el labio inferior del ruso, sintiendo cómo este imitaba de vez en cuando aquellas succiones, haciéndole sonreír ligeramente. Aquello solo confirmaba que deseaba tanto esa experiencia como él.

Comenzó un movimiento de caderas, notando cómo la sangre que hervía en sus venas comenzaba a recorrer su cuerpo hasta sus miembros, que comenzaban a endurecerse debido al roce. Esta vez, sus labios se separaron gracias a Horacio, quien no pudo evitar que los gemidos escaparan de su garganta, sin embargo, la distancia entre ellos era aún lo suficientemente corta para que el contrario lograra percibir su aliento justo sobre sus labios, captando cada vibración de cada ronco gemido, excitándolo cada vez más.

Sus ojos conectaban, logrando percibir las pupilas dilatadas, y el fuego que ardía dentro de ellas. Continuaron con el roce, hasta que fue Horacio quien tomó la iniciativa, retirándose la camisa que llevaba puesta, lanzándola hacia cualquier lado de la habitación.

Tomó el cuello de la camisa del ruso, mirándolo a los ojos en espera de aprobación, notando el movimiento de cabeza de arriba hacia abajo que le indicaba que podía continuar. Comenzó a desabrochar los botones, con una lentitud tortuosa, desesperando al hombre bajo suya, quien no tuvo más remedio que atacar sus labios en un intento de satisfacer el hambre que no hacía más que crecer a cada segundo.

Terminó de desabrocharla, retirándola y tomándose un momento para apreciar su cuerpo. Tenía algunos lunares en el pecho, que contrastaban a la perfección con el blanco tono de su piel. Sus pezones rosados le llamaban a ser probados, y su abdomen no hacía más que obligarle a morder sus labios mientras apreciaba aquellos músculos, ligeramente marcados, lo suficiente para ser notados en la cercanía.

Hizo caso a sus instintos, empujándolo para dejarlo recostado sobre la cama, teniendo así el dominio de la situación, besando sus labios para luego comenzar a recorrer su mejilla hasta llegar a su oreja, mordiendo con suavidad el lóbulo y sintiendo al ruso estremecerse. Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras comenzaba a bajar los besos por su cuello, permitiéndose respirar en él, enfriando así las pequeñas marcas de saliva, logrando incrementar el placer.

Finalmente, sus labios recorrieron sus clavículas, hasta llegar a su objetivo: los pezones. Dio primero un lengüetazo en ellos, escuchando un gemido reprimido en la garganta de su acompañante, siendo esta la señal para que colocara sus labios en el pezón, iniciando una serie de succiones y lamidas, mientras con una mano estimulaba el otro pezón, y con la otra masajeaba el ya endurecido miembro de su acompañante.

Fugitivo || VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora