Capítulo 19 - Amenaza

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Un par de golpes en la puerta resonaron, llamando la atención de la pareja, que desayunaba tranquilamente en la sala de su casa. Sus miradas se encontraron con confusión, levantándose casi al mismo tiempo y dirigiéndose a la puerta.

No solían tener visitas, así que había pocos motivos por los que alguien pudiera estar llamando a su puerta, además de que el estar ocultando a Horacio y Volkov los mantenía en un constante estado de alerta. Jack se adelantó, tomando una postura protectora en caso de que hubiera alguna clase de peligro.

Abrió suavemente la puerta, intentando tomar una actitud natural al encontrarse del otro lado a un grupo de aproximadamente 3 guardias del palacio. Uno de ellos se encontraba delante de los otros dos, con una expresión arrogante y una sonrisa orgullosa.

Su cabello rubio y sus ojos azules no tardaron en ser reconocidos por Jack, quien simplemente estiró la mano, esperando a que el contrario imite el gesto para realizar un apretón de manos, sin embargo, no sucedió.

- Gustabo – asintió suavemente con la cabeza como saludo, retirando su mano de la posición anterior.

- Jack – su sonrisa pareció ampliarse aún más - ¿cómo te ha ido la vida lejos del palacio? – preguntó, burlonamente.

- Muy bien, gracias por preguntar – respondió en el mismo tono, sin doblegar su postura.

- ¿No vas a invitarme a pasar? – asomó ligeramente por encima del hombro de Jack, notando a Julia - ¡Hombre, Julia! ¿No vas a saludar a un viejo amigo?

- Anda, pasa – respondió Jack con amargura, desviando la atención que se había centrado en su esposa.

Gustabo hizo caso a sus palabras, dirigiendo sus pasos al interior de la casa, sin disimular la manera en que sus ojos escaneaban cada rincón, buscando alguna pista que confirmara sus sospechas.

- Tomen asiento – habló finalmente Julia, señalando el sillón de la sala con una ligera sonrisa en los labios.

- Muchas gracias, Julia – respondió Gustabo, sentándose mientras hacía un movimiento de cabeza a los dos acompañantes que llevaba, quienes rápidamente se dirigieron a las habitaciones.

- ¿¡Qué coño hacen!? – Jack corrió hacia la habitación, observando cómo los guardias removían las cosas sin una sola gota de vergüenza.

- Investigando – respondió el rubio desde la sala, con una naturalidad impresionante.

Jack regresó exaltado a la sala, mirando a Gustabo con seriedad, sin embargo, éste apenas y le devolvió la mirada.

- Julia, cariño, ¿me harías el favor de traerme un vaso con agua? El camino hasta aquí fue muy caluroso – la sonrisa socarrona de su rostro parecía ampliarse a cada segundo.

La pelirroja se levantó, apretando la mandíbula mientras se dirigía a la cocina, tomando un vaso y comenzando a llenarlo de agua, mientras Jack mantenía la filosa mirada sobre Gustabo, quien se había tomado la libertad de incluso colocar sus pies sobre la mesilla de centro.

- Entonces Jack, cuéntame – tomó el vaso de agua que le había entregado Julia al regresar - ¿dónde tienes a su majestad? – bebió un trago del agua, haciendo una mueca de asco antes de depositar el vaso sobre la mesa.

- Yo no tengo a "su majestad" en ningún lado – respondió con seriedad – y te pediría que le digas a tus mascotas que dejen de desordenar mi casa.

- Mis "mascotas" están buscando pistas – suspiró – mira, Jacky – el nombrado frunció el ceño ante el apodo – no soy tonto, sé que Julia y Horacio eran buenos amigos, y hasta donde sé, el queridísimo príncipe no tiene ni un solo amigo más – abrió ligeramente la boca, pasando su lengua por una de sus muelas en una expresión de burla.

Fugitivo || VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora