Capítulo 2

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Cuando una persona piensa en el momento de su muerte trata de mantenerse positivo en que será tranquila. Con tus seres queridos. Cuando tus manos estén más arrugadas que las hojas de un libro que han sido testigos de cientos de ojos lectores.

Desgraciadamente ser tan positivo a veces nubla la realidad.

Y la realidad de Danelle era demasiado cruda.

Enumeraba las pocas probabilidades que tenía de que no lo dejaran morir en la pocilga donde se encontraba. Ni siquiera el Sol intentaba entrar a ese asqueroso lugar y la humedad combinada con olor a moho rondaba en cada centímetro de las mazmorras. Más la tarea de que no lo mordieran las ratas que se paseaban como si él fuera el intruso de su territorio. Había tenido a duras penas las mínimas atenciones de las cuales podía gozar un esclavo y esas habían acabado desde que su nuevo amo había ido a verlo.

Con sus elegantes galas de todo rico zyr y un pañuelo en la boca, humeante de perfume el cual no dudaba que costará mucho más que el precio por el cual lo había comprado.

Su nuevo amo lo había evaluado como un diamante en bruto. Midiendo cuánto le invertiría para volverlo una joya carísima. El zyr había volteado la cara de Danelle en muchas direcciones con su bastón, cuando trató de levantar la camisa, él se resistió con un fuerte empujón acabando con la paciencia de los guardias. No le sirvió de nada, ya que se la rasgaron como un saco de papas y cuando la vista se amplió, este asintió al hombre a sus espaldas.

-Tal como me informaste.

-Se necesita un poco de látigo, pero podría funcionar- dijo el encargado de esclavos sin inmutarse por el olor de las celdas a diferencia del zyr.

Danelle ya respiraba agitado por la rabia , pero estaba siendo sujetado de los brazos. Sobre sus rodillas en las que se incrustaban dolorosamente piedritas afiladas de quien sabe donde. Una escena que ya había tenido anteriormente, muchas veces.

-Dices que ha trabajado en los campos, su comportamiento no apetece mucho, es un salvaje, necesitaría mucho entrenamiento para servir- dijo el zyr mientras veía las cicatrices que tenía por antiguos castigos, que también habían sido muchos.

Danelle formó el rompecabezas y algo se activó en él cuando se dio cuenta que estaban evaluando por sus rasgos y apariencias para convertirlo en un esclavo de compañía. Un cherly. El zyr notó la revelación y le sonrió.

-Eres muy apetitoso a primera vista- dijo el zyr sonriendo sin pizca de amabilidad.

Danelle casi se sonrojó de ira y la vergüenza de acostarse en la cama con una o un zyr.

-No me revolcare con ningún zyr -gruño tratando de no escupir ante la idea.

Él sabía cuál era la vida de un cherly: satisfacer todas las necesidades del cliente a cualquier costo. Se le revolvió lo poco que tenía en su estómago con solo pensarlo. Danelle no permitiría que lo vendieran todas las noches como bocadillo de fiesta.

Su comentario impactó al hombre detrás del zyr, pero no a su nuevo amo, que le sonrió divertido.

Malditos sanguinarios pensó Danelle.

-Estoy seguro que Faroup se divertirá enseñándote el arte.

Danelle con fuerza le escupió en su pantalón. El acto indignó totalmente al zyr que volteó furioso hacia el encargado de esclavos.

-Nada que lo dañe- dijo fríamente a los guardias, dándole una mirada asesina a Danelle.

Danelle no pudo responderle porque rápidamente sintió un primer golpe impactando en su abdomen seguida de un torrente de otros hasta que lo dejaron retorciéndose como bestia encadenada.

El Poder SiniestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora