Capítulo 6

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Las miradas del desayuno que le daban al siguiente día los esclavos tenían un aire diferente. Aunque no sabía quién había sido el bravucón. Se daba la idea que era el tipo que molestaba a todos en ese lugar. No sabía nada sobre su estado. Su falta de amigos que le contaran los chismes de las barracas era grande. Así que Danelle se resignó con que algún día lo descubriría y por el momento no le interesaba. La verdad era que Danelle se había sentido identificado con Armani.

Cuando le quitaron su comida los primeros días de Danelle en Fresker, donde no comía por dársela a sus agresores. Había hecho eso día tras día sin importarle las veces en las que tuvo que comer pasto para no desmoronarse mientras picaba piedras. Hasta que un día se armó de valor y se defendió.

Danelle siempre había dudado. Él sabía que tenía oportunidad si peleaba con su agresor, pero no tenía la suficiente confianza para hacerlo. 

La primera vez que se defendió contra su agresor, perdió y le dieron de las peores palizas de su vida, pero no se dio por vencido y al contrario entrenó más. Observando las debilidades de su enemigo y la segunda vez, con las tácticas que había aprendido. Ganó. En el desarrollo de la pelea le dieron una leve paliza que lo había dejado cojo por unas semanas, pero esa victoria fue suficiente para que nadie lo volviera a molestar. 

Aunque ese acto le dio consecuencias como que después los guardias lo sacaran en la noche a las peleas de esclavos. Trayendo un sinfín de problemas cuando él se negaba a pelear o perdía grandes apuestas.

Pero esa era otra trágica historia de su desdichada vida.

Danelle pudo haber dejado que Armani lo aprendiera como él lo había hecho, pero algo en él lo incitó a que lo hiciera. Algo que había hecho muchas veces últimamente. Se estaba volviendo demasiado suave para su gusto.

El día estaba tranquilo. Aunque se imaginaba a los guardias entrando por él para castigarlo por pelearse, no sucedió. Lo único que se escuchaba era de cubiertos y los pájaros que buscaban entre los jardines su primera comida del día.

Mientras mojaba su pan en la sopa de calabacines y arroz, ya sabía quien estaba frente a él pero no levantó la mirada.

- ¿Está ocupado? - le preguntó Armani señalando el asiento de enfrente.

Si otro esclavo se lo hubiera preguntado, daría por hecho que se estaba burlando de él, pero Armani realmente era cordial.

Danelle le respondió rudamente negando con la cabeza así que Armani y Rogert se sentaron enfrente. Cuando Danelle levantó la mirada se dio cuenta que Rogert era el que había visto llegar de las compras el día que se había infiltrado en la cocina.

-Solo... quería agradecerte por lo de anoche- empezó a decir Armani apenado por el incidente.

Aunque su moretón estaba casi invisible en su mejilla, apenas parecía un piquete de mosquito. Mierda, Armani debía tener buena influencia para buenas medicinas.

-Nadie merece que un bastardo como el de anoche ande ridiculizando- dijo Danelle ahuyentando una mosca.

- Si, lo sé, pero... no soy tan bueno en la pelea... no como tú- le dijo Armani mientras comía su pollo en la sopa. Algunos esclavos tenían beneficios sobre otros, como siempre.

Danelle asintió volviendo a su sopa que ahora se sentía simple.

- Si ... necesitas algo solo pidemelo- dijo Armani mientras veía a Rogert que le daba una mirada de que anduviera con cuidado, pero Danelle solo asintió y Armani como si recordara algo muy importante agregó- ¡ah! me llamo Armani y él es ....

- Rogert- le interrumpió Rogert haciendo que se callara en seco, Danelle los miro y asintió.

-Inger- dijo Danelle, dando el nombre de esclavo que le habían asignado desde que se había convertido en uno.

El Poder SiniestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora