Capítulo 16

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Conocerlos mejor de lo que ellos a ti era su mejor estrategia del momento.

Danelle, Armani y Rogert le ayudaban con ese propósito.

Conocer más sus intereses y que les dolía la harían analizar a su enemigo.

Ella no actuaba sin meditar antes todas las opciones. Por lo que adentrarse en la mente de los que querían derrotarlos sería como prever el futuro.

Había elegido la movida en respuesta al ataque de Nashel un día antes de la fiesta de Anesger. Un claro ejemplo de que ellos seguían con su lujosa vida sin importarles las muertes de Esterl y Nashel.

La Fortaleza los había matado.

A Elaenia se le daba muy bien ignorar sus genocidios con toda la tranquilidad del mundo, no es que tuviera una gran ética. Esa noche su Palacio estaba lleno de personas pavoneandose en sus costosos vestuarios. Anesger estaba radiante como siempre con su corto cabello negro perfectamente rapado y delineado. En la fiesta no había cherlys, solo bailarines aunque estaba segura que se meterían en la cama de alguien esa noche.

Era una fiesta para socializar y hablar de nuevos tratados o hacer movidas a tu favor entre risas y alcohol. No necesitaban distracciones como los cherlys. 

Karely estaba en un exquisito vestido satinado de hombros descubiertos color magenta, ayudándola mientras saludaba a los invitados. Sacándola del apuro de no tener la remota idea de quienes eran cuando la saludaban. 

No sabía cómo se había sentido matar a los prisioneros el día anterior. Lo hacía tan seguido que ya no era más que números en un pedazo de papel que firmaba al dar su sentencia de muerte. 

Aunque en masa era diferente. Sentía como el poder que tenía sobre cada vida le cosquilleaba cuando las balas de sus soldados los atravesaban como agujas incrustándose en tela. Un cosquilleo en la yema de los dedos que hacía crecer su ego. 

Ella había dado órdenes a Virget a través del teléfono. Acabando con la vida de miles mientras tomaba un baño caliente en Esterl. Sonaba menos cruel de lo que había sido.

Pero como la cereza al pastel de ese desastre. Se festejaría en unas semanas el cumpleaños de Aillard en el Palacio de las Anguilas de Perston. 

Palacio que había pertenecido a la familia real de Feron antes de que ella los matara a sangre fría mientras su ejército destruía cada soldado feroní en aquella brutal noche. Aún recordaba el olor metálico combinado con el fuego de la ciudad asediada que había durado semanas. 

Ni siquiera la Luna se había atrevido a brillar sobre ella.

Su compromiso con Anesger había terminado, pero debía mantener el orden en Eveleck con los nuevos movimientos rebeldes. Aunque en Eveleck no había tenido ninguno, aún. Todo gracias a la costosa seguridad que tenía sobre su ciudad.

Cuando el Emperador le ofreció la ciudad de Eveleck después de que ganará la guerra de Feron, ella dudó en ser Soberana, pero la cegó el deseo de venganza contra su padre. 

El deseo de poder decirle en la cara que estaba arriba de él.

Ser Soberana, Consejera del Emperador, Tercera Heredera eran suficientes títulos para ser una princesa, sin saber que todo eso tendría un alto costo.

***

Se sentía como una mascota que envían por correspondencia.

No estaba muy lejos de ser la verdad de Danelle.

Aunque estaba seguro que los cherlys viajaban con el amo y no en un tren de carga. Elaenia era una zyr interesante.

La diferencia entre él y un perro o gato es que esas mascotas tenían lealtad, los humanos tenían tanta lealtad como tenían de perjurio . Así que Danelle sabía que Elaneia estaba al tanto del dato. Su reputación decía que ella pensaba en todo.

El Poder SiniestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora