Taehyung le acarició el cuello, enredando tímidamente los dedos en su suave pelo. Pero cuando el mayor deslizó las manos por sus costados, rozando su pecho, de repente se puso tenso.
Yoongi movió el pulgar para rozar un pezón y después pasar al otro, mientras el menor temblaba del placer que comenzaba a tener. Le costaba trabajo respirar, pero seguía besándolo, acariciándolo. El menor al tocar la espalda ajena notó que había pequeños músculos por todas partes. Tal vez debería tener miedo, pero no era así. No podía tener miedo de su hyung.Yoongi tiró de la cremallera del pantalón y Taehyung se apartó lo suficiente como para que pudiera quitárselo. Grande fue la sorpresa de Yoongi al ver al menor en unas braguitas color rosa.
Taehyung siempre había sido un amante tímido que prefería las luces apagadas y hablar poco. En realidad el sexo nunca le había parecido algo más que. . . agradable. Pero el deseo que veía en los ojos de Yoongi le daba un valor que no creía poseer. De modo que colocó su manos en los botones se su camisa para quitarla de su cuerpo. Cuando la prenda cayó al suelo vió que Yoongi apretaba los dientes, pero sin dar un segundo tomó sus manos y las puso sobre su trasero.El roce de las manos masculinas en su piel hizo que contuviera un gemido. Yoongi se inclinó para tomar un pezón entre sus labios, chupando y tirando del él hasta que Taehyung sintió como escurría líquido preseminal de su miembro.
Cada centímetro de su piel estaba ardiendo. Quería hacer el amor con él, en el salón, en el sofá, en la encimera de la cocina. En aquel momento le daba igual. Cualquier sitio servía.Cómo si hubiera leído sus pensamientos, Yoongi tiró hacia abajo del elástico de las braguitas. La pieza de tela se deslizó por sus acaramelados muslos.
Desnudo salvo por los zapatos, esperaba que lo llevase al dormitorio, pero en lugar de hacerlo Yoongi lo sorprendió Poniéndose de rodillas para besarlo íntimamente. Eran besos húmedos y suaves sobre su miembro duro, besos que no se parecían a ningún otro, pensó, cerrando los ojos. La ardiente fricción de su lengua en una zona tan sensible lo hacía temblar y tenía que sujetarse a los hombros del mayor para no caer al suelo. Yoongi pasaba su lengua de arriba hacia abajo una y otra vez hasta que un gemido ahogado del peli gris escapó de su garganta. Parecía saber exactamente dónde y cómo acariciarlo, con la presión justa.Taehyung tenía problemas para respirar, quería abrir más las piernas y apretarse contra su cara si es que se podía más. Pero se dijo así mismo que debía mantener el control aunque le parecía imposible.
Y, por fin, se dejó llevar, agarrándose de los cabellos contrarios, mientras este deslizaba un dedo en su pequeña y apretada entrada moviendolo al ritmo de su lengua. El orgasmo explotó sin previo aviso. El placer era tan abrumador que apenas podía mantenerse en pie, y murmuró su nombre agarrándose de él mientras volvía a la tierra.
Apenas lo había hecho mientras Yoongi lo tomó en los brazos. Nadie lo había llevando en brazos antes, pero estabas demaciado trémulo como para hacer algo más que sujetarse.
Lo llevó al otro lado del duplex, al dormitorio principal. No encendió la luz pero Gracias a la del pasillo Taehyung pudo ver una cama, una chimenea y un ventanal tapado por una cortina. Yoongi lo dejó sobre la cama. Taehyung había perdido los zapatos por el camino y se sentó para verlo desnudarse, para admirar los pequeños músculos que solo había sentido hasta entonces bajo los dedos. Aunque su erección era impresionante y daba un poco de miedo.
Yoongi sacó una caja de preservativos de la mesilla y se tumbó a su lado, pero en lugar de abrazarlo, Taehyung deslizó una mano por su torso, por su estómago por sus muslos. . . sonriendo cuando su miembro se movió un poco sin que el lo tocara.
Mirando a su mayor a los ojos, acarició su erección de arriba a bajo y Yoongi sonrió satisfecho.
—¿Quieres ponerte encima TaeTae?
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•||SEDUCIDO POR EL MILLONARIO||• •|YOONTAE|•
RomanceA Min YoonGi, un poderoso hombre de negocios, no le gustaban los ultimátums, a menos que fuera él quién los diera. Pero la junta le estaba exigiendo que cambiara su dura imagen pública. Cuando conoció al dulce Kim TaeHyung, profesor de guardería, su...