•CAPÍTULO 10

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Yoongi tomó a Taehyung del brazo para llevarlo hasta su coche. Una de las primeras reglas del boxeo era pelear nunca enfadado, porque eso le daba ventaja a tu oponente. Yoongi había aprendido la lección y no pensaba decir nada hasta que estuviera más calmado. Algo difícil de imaginar en aquél momento.
Estaba más que cabreado y el deseo de ponerse a gritar, algo que no hacía nunca, le superaba.

-Suéltalo de una vez hyung -dijo Taehyung cuando llegaron al coche.

-No tengo nada que decir.

El menor puso los ojos en blanco.

-Por favor, si prácticamente echas espuma por la boca. Dilo de una vez.

-Estoy bien -insistió Yoongi, esperando hasta que entró al coche para cerrar la puerta y sentarse tras el volante.

-Venga hyung, te sentirás mejor.

-Muy bien, no tenías derecho a hacerlo.

-O sea, que estás enfadado.

-¿Cómo se te ha ocurrido, Taehyung?

--Ah, ya veo que las palabras amables se han terminado.

-¿Qué quieres decir?

-Antes, cuando he tenido que ponerme a cantar muerto de vergüenza para animar la fiesta, has sido muy amable conmigo, hyung. Pero ahora, por una simple sugerencia, estás enfadado.

-¿Una simple sugerencia? ¿Es así como lo llamas? No tenías derecho, Taehyung. Yo llevo un negocio y nuestro acuerdo no te da autoridad sobre mí o sobre mis decisiones. No sabías de lo que hablabas y tendré que solucionarlo como pueda. . .

-¿Te sientes mejor?

-No soy un niño, no tienes que aplacarme.

-Entiendo que eso es un no.

Taehyung no le tenía miedo y, en el fondo, Yoongi agradecía que así fuera.

-Mira, vamos a dejarlo así.

-Pues yo sigo pensado que no es mala idea hyung.

-Tú no eres el que tendrá que pagar por ello.

-Pero tú ya estás pagando -dijo Taehyung tranquilamente-. Los padres tienen que faltar al trabajo porque no hay suficientes guarderías o tienen que irse antes porque sus hijos se ponen enfermos. Es algo que no se puede controlar, y la gente se preocupa Yoongi hyung. Y la gente preocupada no puede trabajar al cien por cien.

-No pienso construir una guardería en la empresa, es ridículo.

-¿Por qué?

-Para empezar, es caro e innecesario

-¿Lo sabes con totalidad?

-¿Y tú sabes si serviría de algo?

-No, pero estoy dispuesto a probar hyung. ¿Y tú?

-Yo no voy a tu colegio para decirte cómo debes dar las clases, y te agradecería que no me dijeras como llevar mi empresa -replicó Yoongi, furioso.

-No te éstoy diciendo como llevar tu empresa hyung. He hablado con un grupo de empleados y todos estaban acuerdo en que es un problema. Yo solo dije que sería una idea interesante y algo que tú podrías estudiar.

-No debes de hablar por mí.

-¿Y que querías que hiciera? -le preguntó el moreno entonces-. Todo el mundo cree que soy tu novio. Hemos llegado a este acuerdo para que la gente crea que eres una persona decente. Y las personas decentes tienen buenas ideas.

-No es una buena idea. Yo escucho cuando alguien me ofrece algo interesante, esto no lo es.

-¿Y por qué no? ¿Necesito un máster en economía para darte una idea? Ahora entiendo que todo el mundo estuviera tan asustado. No dejas que nadie diga nada sin tu permiso -protesto Taehyung-. Pues si no escuchas a nadie, imagino que las reuniones contigo deben ser cortísimas. Además ¿Para que haces reuniones? Eres tan engreído. . . das una orden y todo el mundo se pone firme. Que absurdo.

Taehyung estaba seriamente enfadado, tan enfadado que se inclinó hacía delante y le clavó un dedo en el brazo.

-No seas tonto hyung, sabes que la idea podría ser interesante. Otras compañías lo han hecho y nadie se ha arrepentido. O también podrías hablar con un par de guarderías cercanas para que me permaneciesen abiertas más horas, llegar a algún tipo de acuerdo, ofrecer un precio especial para tus empleados. . . Yo que sé hyung. Lo que digo es que si es un problema para tus empleados, es un problema y punto.

Yoongi se apoyó en la puerta del coche.

-¿Has terminado?

-No, la gente de la fiesta te tenía miedo y eso no es bueno.

Yoongi sabía que tenía razón en ese punto. Unos empleados asustados ponían más energía en protegerse que en luchar por la empresa.

-No quiero que me tengan miedo -admitió el mayor-. Quiero que trabajen.

-A la mayoría de la gente se le puede motivar con un objetivo común. Mucho mejor que con intimidaciones.

-¿Qué intimidaciones? Tú no me tienes miedo.

-Porque yo no trabajo para tí hyung. Bueno, se podría considerar que me has contratado, pero yo te conozco, ellos no. Tú puedes dar mucho miedo y lo utilizas cuando quieres. Tal vez esa estrategia te de resultado algunas veces, pero ahora mismo es un obstáculo.

-No pienso volverme blando, es ridículo.

-Tal vez no, pero tampoco tienes que ser un ogro. Y sabes que tengo razón sobre el asunto de la guardería hyung, deberías pensarlo.

Tenía razón, maldita fuera. Y los más frustrante era que ya no estaba enfadado. ¿Cómo había hecho eso?

-Eres un hombre extraño, Kim Taehyung.

-Es parte de mi encanto -sonrió el peli gris.

Era algo más que encanto, pensó Yoongi tirando de su mano para besarlo.
Y el menor le devolvió el beso sin protestar.

Taehyung no sabía lo que era hacer la pases con un hombre después de una discusión porque el no tenía por costumbre discutir, pero había oído que era magnífico. Y, a juzgar por el incendio que recorría todo su cuerpo en ese momento, era algo que habría que estudiar. Se sentía lleno de energía después de la discusión. Le gustaba pelearse con él sabiendo que podía ser firme. Aunque Yoongi podría ganarle físicamente, emocionalmente estaban a la misma altura. Y seguiría siendo así porque algo le decía que Yoongi era una persona justa.
Taehyung inclinó a un lado la cabeza y Yoongi enredó los dedos en los cabellos grises y sedosos del menor, mientras habría sus labios con la lengua. Sabía a whisky y a menta, y se apretó contra Yoongi , echándole los brazos al cuello.
El menor sentía que sus pesosnes se ponían erectos y una extraña presión en su entrepierna. Si la palanca de marchas no hubiera estado entre los dos, seguramente Taehyung le habría arrancado la chaqueta y la camisa a Yoongi.
Pero, en lugar de sugerir que siguieran en otro sitio, Yoongi se apartó un poco.

Taehyung en la oscuridad no podía ver los ojos del mayor, y no sabía lo que estaba pasando.

-Eres una complica, Tae -dijo yoongi entonces.

¿Eso era algo bueno o malo?, Se preguntó el menor.

-Tambien soy capricornio y me gusta viajar y dar largos paseos por la playa.

Yoongi rio. Y como siempre, el sonido hizo que se le encogiera el estómago.

-Maldita sea -murmuró Yoongi-. Voy a llevarte a casa antes de que hagamos algo que lamentamos más tarde.

¿Lamentar? Taehyung no pensaba lamentarse nada. Pero como no estaba seguro de su respuesta, decidió callarse.

Desear a Yoongi era una cosa. Desear a Yoongi y que él dijera que no estaba interesado era más de lo que estaba dispuesto a soportar.

El valor era una carga curiosa, pensó Taehyung mientras se ponía el cinturón de seguridad. Y, aparentemente, el iba a tener que encontrar el suyo.

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•||SEDUCIDO POR EL MILLONARIO||•  •|YOONTAE|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora