•CAPÍTULO 13

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Taehyung pasó el día intentando no sonreír como un idiota. No le preocupaba que sus alumnos se dieran cuenta, pero sus compañeros sí. Porque si se daban cuenta empezarían a hacer preguntas y el no mentía bien. Probablemente una buena cualidad, se dijo así mismo mientras metía el coche al garaje. En circunstancias normales, claro.

Mientras iba hacia el buzón sintió que le dolían todos los músculos, incluso músculos que no sabía que tenía. Pero no le importaba. Era un dolor que no le molestaba en absoluto y que le recordaba lo que había pasado la noche anterior con Yoongi.

No lo lamentaba, pensó. Estar con él había sido espectacular y habían hecho cosas que no creía posibles. Estar entre sus brazos le había enseñado lo que quería en la vida. No solo un gran amor, sino también una gran pasión. Con Namjoon y Jingyoung había tenido que conformarse. . . no sé había dado cuenta hasta ese momento, pero era la verdad. Y no volvería a confirmarse nunca.

-Grandes palabras para alguien que ni siquiera está saliendo con un hombre -murmuró, mirando el correo. Era de la universidad de Hyunjin, seguramente para recordarle que tenía que pagar la matrícula. Mientras lo habría, se preguntó de dónde iba a sacar el dinero. Todo era tan caro. Tal vez después de las vacaciones debería buscar un trabajo por la tarde. Uno que. . .

Taehyung miró el papel, el que decía que la matrícula había sido pagada.
Pero era imposible, ella no había pagado y estaba segura que Hyunjin no tenía dinero para hacerlo.

Taehyung entró en la casa y volvió a mirar el correo. ¡Había otra carta de la universidad de yeji que decía lo mismo!

Aquello era totalmente inesperado, aunque sabía con toda seguridad quién era el responsable. Un día antes se habría sentido agradecido, pero ahora. . . el detalle lo dejaba desconcertado.

Dejando el resto del correo sobre la mesita, Taehyung volvió al coche. La oficina de Yoongi no estaba muy lejos, ya que el imperio de los Min era dirigido desde un complejo de edificios en la gran ciudad de Seúl.
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Taehyung le dió su nombre al guardia de seguridad y tuvo que esperar mientras hacía un série de llamadas. Por fin, el hombre lo envío al aparcamiento, dándole instrucciones sobre dónde debía dejar el coche y, siguiendo los carteles indicadores, entró en el edificio principal.

Era imperio y medio, pensó, mirando el enorme vestíbulo de industrias Min. Un mapa del mundo con Miles de lucecitas blancas indicaban los países en los que tenía empresas la compañía. Otras lucecitas señalaban trenes, carreteras, barcos. . .

Siempre había sabido de Yoongi era millonario, pero ver ese mapa era impresionante.

Taehyung tiró de la manga de su jersey, pensando que los alces de la pechera eran muy graciosos para sus alumnos, pero estaban fuera de lugar allí. Además tenía una mancha en el pantalón y la parte de atrás estaba un poco manchada. . .

-¿Joven Kim?

A su lado había una mujer muy elegante de unos treinta años.

-Sí, soy yo.

-El señor Min, está esperándolo, venga conmigo por favor.

Subieron en el ascensor hasta la sexta planta, llena de empleados que se movían de un lado a otro sin mirarlo. La mujer lo llevó hasta una oficina donde esperaba una secretaria de cierta edad.

-Puede pasar -le dijo.

El menor miró la puerta que había frente a él. Tenía un aspecto muy pesado, impresionante. Pero, aparentando las cartas que llevaba en la mano, entró en la oficina de Yoongi.

Era más grande que su dúplex, con enormes ventanales desde los que se veía el cuartel general de industrias Min. Aparentemente, aquel rey disfrutaba admirando su reino.

•||SEDUCIDO POR EL MILLONARIO||•  •|YOONTAE|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora