Taehyung iba sentado a su lado, en silencio, pero a Yoongi le llegaba su perfume, un olor exquisito a rosas, y de vez en cuando lo oía suspirar.
—¿Estas enfadado conmigo o con Minho?
—¿Qué? —murmuró el menor, distraído—. Con ninguno de los dos señor Min. Y Minho también se lo agradecerá algún día, estoy seguro.
Yoongi no estaba de acuerdo, pero se había equivocado antes. Tal vez la clínica de rehabilitación era lo que Kim Minho necesitaba. Y si no, tarde o temprano acabaría en la cárcel.
—Le he estado llamando toda la semana —admitió Taehyung—. Intentando explicárselo, pero no lo había visto hasta hoy. Y está tan enfadado. . .
—Tú sabes que ataca porque es lo más seguro, ¿no? No es capaz de admitir que tiene un problema, así que culpa a todo el mundo menos así mismo.
—Lo sé, pero no es fácil escuchar ciertas cosas. . .
Minho era muy afortunado de tener un hermano cómo Taehyung, pensó Yoongi. Aunque tampoco lo reconocería.
—Intenta animarte.
—Sí, claro, no se preocupe, haré mi trabajo como habíamos quedado —el menor se mordió los labios—. De todas formas, a mí estas cosas no se me dan bien.
Mal momento para reconocer eso, pensó Yoongi, divertido por su sinceridad.
—¿Ir a fiestas? No hay mucho que hacer, estar hermoso y mirarme con gesto embelesado. Tú has estado en la universidad, no creo que esto te resulte difícil.
—Es algo más. ¿O es que no se espera que hable con nadie?
—Tampoco creo que tengas ningún problema para hablar con alguien.
—Sí, bueno, usted da menos miedo que un salón lleno de gente, señor Min.
—Por cierto, deberías de empezar a llamarme hyung o simplemente Yoongi, no señor Min.
Taehyung suspiró de nuevo y el sonido le gustó. Era sexy. La clase de suspiro que alguien podría dejar escapar mientras. . . Yoongi interrumpió tales pensamientos. Kim Taehyung era muchas cosas, ¿pero sexy? Entonces miró con cautela la parte de arriba de su camisa, y vió sus clavículas un tanto descubiertas con su tono color canela. En fin, el adjetivo se le podía aplicar perfectamente, pero eso no era lo importante. Lo había contratado para hacer un papel, nada más. Aparte , no era su tipo.
—Hyung —repitió el menor.
Yoongi giró la cabeza y sus ojos se encontraron. Los del menor color chocolates, ni grandes, ni pequeños, rodeados de largas pestañas. Llevaba el pelo diferente, pensó, recordando su lazios cabellos negros. Aquella noche caían suaves rulos grises por su frente casi rosando sus ojos. Muy elegante. Aún que él prefería el cabello lazio, su vestuario era apropiado y destacaba sus curvas, por no hablar de sus clavículas y su tracero. . .
—Estas hermoso
Taehyung apretó lo que podía de su pantalón un tanto nervioso.
—Fue idea de JinA hyung. Es estupendo, por cierto. Muy divertido, y lo sabe todo sobre la moda. Hizo una lista para que supiera con qué accesorios y zapatos iban cada vestuario.
—JinA sabe mucho de estas cosas.
—Me dijo que habíais sido compañeros en la universidad.
Yoongi rió
—Eso fue hace mucho tiempo, admito que fue el primer homosexual que conocí, incluso antes de que yo me considerara Bisexual, y que al principio no me hizo mucha gracia tenerlo como compañero de habitación.
—¿Demaciado macho para entenderlo hyung?
—En parte sí, supongo, según yo era completamente heterosexual. Pensaba que me atacaría cuando estuviera dormido, lo cual fue una estupidez de mi parte. Tardamos algún tiempo, despues descubrí mi bisexualidad, pero al fin y al cabo nos hicimos amigos. Luego, cuando regresó a Seúl para abrir su negocio, volvió a ponerse en contacto conmigo y me convirtió en su cliente.
—Es una persona amable. Mis primos y Jungkookie, se lo pasaron estupendamente yendo de compras.
—¿Fueron contigo?
—Sí, claro. Hyung, tú dijiste que podría quedarme con la ropa, pero no creo que yo vaya a ponerme estos vestuarios nunca más. No es algo que pueda usar para ir al colegio —El menor sonrió—. Así que fueron conmigo para dar su opinión. Cómo Hyujin y Jungkookie tenemos más o menos la misma talla. . . Incluso a yeji le gustaron algunos accesorios y alguna que otra prenda. . .
—¿Vas a regalarles la ropa?
—Si no te importa, sí. Dijiste que no tenía que devolverla.
—No, yo no la quiero. Es tuya.
—Gracias Yoongi hyung.
Yoongi se quedó pensativo. No imaginaba a ningún otro chico o chica regalando un vestuario tan caro. Era lógico que no quisiera ponerse esos vestuarios para ir a trabajar. . . ¿Pero no salía con nadie? ¿No quería quedarse con la ropa por si acaso la necesitaba en alguna ocasión? Eso no tenía sentido para él y quería entenderle porque para ganar había que entender al contrario y explotar sus debilidades. Había comprado el tiempo de Taehyung, pero no confiaba en él. Claro que era normal, porque él no confiaba en nadie. Nunca.
—Es un coche precioso.
—Grácias.
—La radio de mi coche hace un ruido rarísimo. El mecánico dice que no le pasa nada, pero suena fatal.
—¿No lo puedes arreglar?
Taehyung lo miró por el rabillo del ojo
—Podría y lo haré en algún momento, cuando me toque la lotería. Pero antes necesito cambiar las ruedas. Con los autos viejos siempre pasa algo. Pero no importa, tenemos un trato: él arranca todas las mañanas y yo no me compro otro.
Yoongi sonrió con gracia enseñando sus rosadas encías.
—¿Hablas con tu coche?
—Sí claro, aunque seguramente tú no lo harías hyung.
—Tu coche y yo no nos conocemos.
—Oh hyung, puedo presentaros, si quieres —rio Taehyung.
—No, grácias —dijo el mayor, girando a la izquierda.
—He estado pensando. . . Voy a conocer a mucha gente y me preguntarán cuando nos conocimos.
—Hace tres meses.
—Ha muy bien. ¿Qué tal si decimos que fue un fin de semana? Tú ibas a la playa, me viste parado a un lado de la carretera por qué la llanta de mi coche se había pinchado y te detuviste para ayudarme.
—Nadie te creerá eso.
—¿No pararía para ayudar a alguien?
—No lo creo.
—Pues deberías hacerlo hyung. Es buen karma.
—A lo mejor no creo en el karma.
—Aha hyung, no tienes que creer, seguirá pasando de todas formas. Yo creo que el universo lleva la cuenta de las cosas que hacemos.
—Si eso fuera cierto yo no sería millonario.
—¿Por qué no?
—¿No has leído nada sobre mí? Soy un canalla sin corazón. Te he contratado para demostrar lo contrario.
—Si fueras un canalla sin corazón, como tú dices hyung, harías que detuvieran a Minho en cuanto descubriste el desfalco. Pero no lo has hecho.
—Solo porque el resultado hubiera sido más prensa negativa —Yoongi giró la cabeza para mirarlo—. Ten cuidado, Taehyung. No cometas el error de creer que soy mejor de lo que soy.
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•||SEDUCIDO POR EL MILLONARIO||• •|YOONTAE|•
RomanceA Min YoonGi, un poderoso hombre de negocios, no le gustaban los ultimátums, a menos que fuera él quién los diera. Pero la junta le estaba exigiendo que cambiara su dura imagen pública. Cuando conoció al dulce Kim TaeHyung, profesor de guardería, su...