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Todo en el funeral de John fue dramático. Era algo que en realidad podría haber disfrutado. Siempre se deleitaba con un poco de caos. Pero las cosas se calmarían una vez que llevarán a Leah al hospital y enviarán los cuerpos del italiano a desaparecer. La prometida de Tommy sería colocada en la misma habitación que Michael para que los hombres que lo protegieran también pudieran vigilarla de cerca.
Ella había vuelto en sí cuando todavía estaban en el campo junto al vardo en llamas. Polly se arrodilló a su lado y apoyó la cabeza en la hierba cubierta de rocío mientras Ada y Tommy estaban de pie junto a ella discutiendo.
—La primera persona a la que van a perseguir es a tu prometida, Tommy, ¡ya mataron a Grace!
Gritó Ada Shelby. Con los nervios tensos, Tommy estaba más que feliz de gritarle a su hermana.
—¡No hables de cosas de las que no sabes nada!
—Cierto porque soy una mujer estúpida. Ada la estúpida que no sabe nada. Sé que Grace fue asesinada por los italianos. ¿Qué les impide matar a Leah también? ¿Eh?
—¡Están tratando de matarnos a todos, Ada!
La cabeza de Leah seguía dando vueltas, su mano alcanzando a Tommy, tratando de calmarlo. En cambio, Polly tomó suavemente su mano levantada y presionó un paño frío en su frente.
—Dejen de pelear y ayúdenme a llevarla al auto.
Polly le espetó a su sobrina y sobrino. Tommy resopló y se inclinó para tomar a Leah en sus brazos. Llevándola al coche, le aseguró que no pasaría nada y que no escuchara a Ada.
Ella simplemente presionó su rostro contra su hombro y cerró los ojos.
Ya no sabía a quién escuchar.
Michael todavía estaba inconsciente cuando Leah se sintió lo suficientemente bien como para sentarse. Se alegró de ver que el joven estaba bien cosido. Ella no sabía mucho de medicina, pero él parecía tener buenas posibilidades de sobrevivir. Después de sentarse, Polly entró en la habitación. Reprendió a los hombres que holgazaneaban junto a la puerta y confiscó sus frascos antes de enviarlos al pasillo.
—¿Cómo te sientes?
Preguntó la mujer mayor mientras se quitaba el abrigo y lo colocaba sobre las piernas de Michael.
—Mejor, gracias. Creo que fue un shock—admitió—. No me esperaba todo eso.
Polly frunció el ceño mientras se sentaba.
Ninguno de ellos lo estaba, pero tal vez deberían haberse acostumbrado a las tácticas sorpresa de Tommy. Haría la vida mucho más fácil.
