Los planes de Odín

5.7K 503 80
                                    

—No puede quedarse un minuto más esa midgardiana en Asgard, lo entiendes, ¿Verdad? —Odín hablaba con uno de sus guardias mientras se encontraban en el salón del trono—. Esa humana nos traerá muchos problemas si sigue aquí, necesito que la desaparezcas.

—Pero, rey Odín —quiso debatir el hombre—, ¿Cómo haré eso si en todo momento lady Sigyn se encuentra con su hijo?

—Ese es asunto suyo. Yo te estoy ofreciendo quinientas monedas de oro para que hagas lo que quiero, el cómo lo realices será problema tuyo. El punto es que la furcia salga de Asgard en completo anonimato. Si debes matarla, hazlo. No voy a permitir que siga estando en Asgard y arrastre a Loki al lado pecaminoso del placer.

—Si me permite opinar, rey Odín —habló su guardia —, creo que su preocupación llega algo tarde. No es ningún secreto que la furcia de la que habla ha arrastrado al príncipe a indagar entre su saya.

—Con más razón. Ella no debe estar aquí. Sabrá mi padre Bor la clase de intenciones que tenga la  tal Sigyn para con Asgard. Jamás hay que fiarse de las pestes que viven en Midgard.

— ¿Y qué pasará con la reina Frigga? Ella impide que la furcia salga del palacio. Es un hecho que apenas la vean faltar se hará un escándalo por el palacio y el pueblo entero para buscarla.

—No importa, me las ingeniaré para evitar que ella haga algún reclamo. Tú haz tu trabajo y serás recompensado, o dime que eres un cobarde para que mande a alguien más a hacer lo que te toca a ti.

—No le fallaría jamás, señor. He sido su guardia fiel por décadas, sabe que puede confiar en mí.

—Eso espero, puedes retirarte.

Aquél guardia hizo una reverencia antes de salir de aquél salón, ensimismado buscando idear un plan para sacar a Sigyn del palacio sin dejar rastro alguno de ella.

Por otra parte, aquella midgardiana tema de conversación, se encontraba con Loki entre el bosque, el alguna parte alejada donde nadie más estuviera cerca.

—Pronto anochecerá —comentó la muchacha mientras agachaba su cabeza ligeramente disfrutando de los besos que Loki depositaba sobre su hombro—. Cre-creo que deberíamos regresar al palacio antes que tu madre mande a buscarnos. No me gusta preocuparla.

—Eres la única a la cual le preocupa eso, Sigyn —reclamó el príncipe que ahora volvía a someterla haciendo que apegara su pecho hacia el frío y húmedo pasto que estaba debajo de ambos—, deberías simplemente relajarte. Del resto me ocupo yo —una de sus manos recorría uno de sus muslos desnudos en la intemperie mientras la embestía de manera rápida y ruda.

—Pe-pero... —ella quiso reclamar, pero las palabras no salían de sus labios. Estaba más concentrada en disfrutar de la presión que se formulaba en su interior a cada movimiento del príncipe sobre ella.

Como respuesta, sintió su mano cubrirle la boca con la intención de hacerla callar. Su otra mano la mantenía sostenida de las caderas y ella trataba de aferrarse así fuera al pasto, necesitaba mantenerse sostenida de algo pronto antes de sentirse desmoronar de nuevo.

Nuevamente Loki salió de ella, notó el temblor sutil de las piernas de Sigyn. Encantado con notar como y ella misma trataba de moverse para sentir placer en su entrepierna con cierta desesperación por el orgasmo frustrado.

—Date la vuelta —le ordenó Loki.

Ella aún sentía que su corazón quería salir del pecho, apenas y estaba recuperando la sensación en sus piernas como para dar media vuelta. Con brusquedad la movió dejándola boca arriba, nuevamente se acomodó entre sus piernas, recargó uno de sus brazos al lado de cabeza de _______ y volvió a introducir su miembro en su intimidad. Su otra mano se encargaba de dirigir el lugar por el que el miembro del pelinegro se encontraba.

No tardaron mucho en llegar al tan esperado climax. Ella sintió el suave golpe de calor en ella y dio un jadeo suave. Él esperó a terminar para salir de ella. Entonces, al terminar, comenzó a vestirse al igual que le pasaba la ropa a _____ para que se vistiera igual.

—Ahora sí, deberíamos volver —comentó Loki pero no recibió una respuesta por parte de _____—. ¿Todo bien?

— ¿Ah? —______ salió de sus pensamientos un instante—. Sí, sí. Es sólo que, ¿Sabes? Desde que esto ocurre, tú y yo no nos hemos cuidado.

— ¿Cuidado?, ¿A qué te refieres?

—Tú sabes a qué me refiero —la miró negar—. No sé cómo funcione aquí pero no cuidarse puede ser la peor elección de todas las malas elecciones que he tomado en mi vida.

En ese momento, Loki guardó silencio. Es cierto que no había siquiera en la probabilidad de lo que a ella la aquejaba.

— ¿Eso es lo que te preocupa con respecto a lo que hacemos?

—Un poco, sí. Es que, no puedo dejar de imaginar esos escenarios.

—Pues deberías dejar de hacerlo, Sigyn.

—Sé que debería dejar dejar de hacerlo, pero no puedo. Por más que trato, siempre llego a la misma preocupación.

—Si eso ocurriese, entonces algo planearé, no debes preocuparte, ¿De acuerdo? Termina de vestirte, debemos irnos cuanto antes si no queremos que anochezca más.

Ahora Loki se encontraba pensativo sobre lo que ella le había comentado. Era verdad que no se había tomado la molestia de pensar al respecto de lo que ella había comentado, pero simplemente no lo hizo porque no parecía afectarle, hasta ese momento.

Si aquella midgardiana terminaba por quedar embarazada, sería todo enteramente culpa de él. La idea lo hizo sentir un frío intenso recorrer toda su espina dorsal. Al ella terminar de vestirse, ambos subieron al caballo en dirección al palacio.

Por otro lado, el guardia ya tenía una idea. Al menos era una idea que lo eximiría de culpas o sospechas y no era muy elaborada.

Esa noche, estaba hablando con una de las sirvientas mientras caminaban por las afueras del palacio.

—De acuerdo —dijo el hombre—, vengo a hablarte de negocios.

— ¿Negocios?, ¿De qué clase? —preguntó la mujer que volteó a mirarlo de inmediato.

—Negocios que te dejan diez monedas de oro para tu entera disposición —comentó él.

— ¿Sí?, ¿Qué debo hacer?

—Simplemente lo que yo diga, sin preguntar nada y sin decirle a nadie, ¿Quieres esas monedas? Necesito tu ayuda.

Y la joven, por más que pareciera desconfiada con el hablar del hombre, sabía que necesitaba ese dinero.

— ¿Involucra algo indebido?

—Según como lo quieras ver. Necesito sacar a esa midgardiana de Asgard, ¿Me vas a ayudar?

Y ella pareció dudarlo, pero apenas vio la primer moneda de oro que él le ofrecía. Tomó la moneda y la examinó como revisando si era real o no.

— ¿Y bien? —volvió a preguntarle—, solo debes hacer lo que yo te diga.

Por fin, aquella pobre mujer tomó la moneda con más confianza antes de mirarlo y asentir.

—De acuerdo, cuenta conmigo para hacerlo...

The Loki's Toy [Loki y tú] (+18) [TERMINADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora