The Loki's Toy [Loki y tú] (+18) [TERMINADA] ✓

El castigo

Antes de empezar, creo que es necesario recalcar que siempre se debe separar la realidad de la ficción y que todo debe ser consentido, así que no piensen que este capítulo de alguna manera expresa opiniones o maneras de pensar, porque no es así. Comencemos.

— ¿Entonces? —preguntó retórico—. Entonces mereces un castigo.

La voz amenazante de Loki recorrió cada milímetro de su espina dorsal haciéndola tragar pesado.

— ¿Castigo? —preguntó la midgardiana que ya sentía las piernas temblarle al pensar que el castigo podría ser que la encerrara en ese calabozo de nuevo.

O peor aún, que le golpeara para desquitar su enojo.

Ella estaba inestable emocionalmente, claro que la palabra "castigo" por sí sola le hacía recordar la infancia tan infeliz que tuvo y los maltratos de sus padres.

Sin embargo, parecía lista para lo que fuera que se avecinara.

Simplemente cerró los ojos y bajó la cabeza asintiendo.

Si no veía, no le dolería.

—Levántate —ordenó Loki que mantenía su rostro inexpresivo ante la mujer que tenía frente a él.

La miró obedecerlo sin rechistar. Cabizbaja y enmudecida, se le notaba temerosa y en cierto modo eso le seguía generando cierto placer.

Verla vulnerable ante él era una sensación inexplicablemente satisfactoria.

Nuevamente se acercó a ella, con la diferencia de alturas que tenían, esa subordinación era aún mayor.

Una de las gélidas manos del príncipe fueron a parar al costado izquierdo de su cuello para apartar el cabello de Sigyn hacia atrás.

Nuevamente la miró alejar un poco su mejilla por inercia aún apretando los ojos sintiendo en cualquier momento un golpe de su parte.

Loki esbozó una sonrisa al verla.

— ¿Qué ocurre, pequeña bestia?, ¿Tienes miedo? No voy a morderte aún —la voz sutilmente ronca y baja que mantenía Loki cerca de su oído la hizo tensarse aún más.

Los labios de Loki se posaron en su quijada. _____ sintió una de sus manos tomarla del cabello cerca de la nuca antes de hacer un agarre suficiente brusco para hacerla soltar un suspiro que quiso callar sin éxito.

—Lo-Loki... —musitó pero los besos de su quijada bajaron a su cuello donde sintió cómo su piel era suavemente succionada.

Su cuello comenzó a quedar marcado con esos chupetones que hacía Loki. El asgardiano tenía esa obsesión por dejarla con la piel marcada, como si ese fuera el único método de marcar su propiedad.

Poco después, ella misma dejó de temblar de miedo.

Había que confesar algo: los besos de ese Dios iban más allá de las expectativas de ______.

Su piel fría como hielo calmaba esa calentura que le provocaba cada que la besaba o le ponía un dedo encima.

Ella sólo deseaba más de esos besos.

Más de esas caricias.

Más de él.

Lo que siguió fueron las manos de Loki despojándola de ese vestido que ahora le parecía un estorbo total.

Sólo sintió cómo ese peso extra por la ropa descendía de su cuerpo. Ahora sólo mantenía ese camisón de seda que fue quitado por aquél pelinegro.