Capítulo 4

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-Yo -dijo, tomando un libro, señalando la foto y guiñando el ojo como lo hacía su propia imagen en la portada- soy Gilderoy Lockhart, Caballero de la Orden de Merlín, de tercera clase, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras, y ganador en cinco ocasiones del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista Corazón de bruja, pero no quiero hablar de eso. ¡No fue con mi sonrisa con lo que me libré de la banshee que presagiaba la muerte!

Se notaba que era un chiste ensayado que buscaba una reacción, lo único que obtuvo fue extrañas miradas y alguna sonrisa.

A mi me provocó náuseas.

-Todos compraron mis obras completas, bien hecho. Ya que es la primera clase, he decidido que comencemos con un pequeño cuestionario. No se preocupen, sólo es para comprobar si los han leído bien.

Pasaba por los escritorios, dejando las hojas, antes de que llegará al mío, abrí el de su autobiografía y traté de memorizar algunos detalles.

-¿Por qué tachaste su nombre... -se acercó a la página abierta- y escribiste arriba «Tom Hiddleston»?

Detuve mi lectura, cerré el libro y lo miré sin expresión.

-Fue la única forma que encontré para leer sus libros.

Guardé mis cosas y el profesor llegó a nosotros.

Cuando terminó de repartir las hojas con el cuestionario, volvió a la cabecera de la clase y dijo:

-Disponen de treinta minutos. Pueden comenzar... ¡ya!

Leí el papel y puse mi mano sobre mis ojos irritada.

1. ¿Cuál es el color favorito de Gilderoy Lockhart?

2. ¿Cuál es la ambición secreta de Gilderoy Lockhart?

3. ¿Cuál es, en tu opinión, el mayor logro hasta la fecha de Gilderoy Lockhart?

Así seguía y seguía, a lo largo de tres páginas, hasta:

54. ¿Qué día es el cumpleaños de Gilderoy Lockhart, y cuál sería su regalo ideal?

Mi mente maravillosa se siente asqueada de ser capaz de contestar esto.

Media hora después, Lockhart recogió los cuestionarios y los hojeó delante de la clase.

-Vaya, vaya. En las clases que he tenido, muy pocos han recordado que mi color favorito es el lila. Lo digo en Un año con el Yeti. Y algunos tienen que volver a leer con mayor detenimiento Paseos con los hombres lobo. En el capítulo doce afirmo con claridad que mi regalo de cumpleaños ideal sería la armonía entre las comunidades mágica y no mágica. ¡Aunque tampoco le haría ascos a una botella mágnum de whisky envejecido de Ogden!

Nos guiñó el ojo pícaramente.

Merlín, mi estómago.

La mayoría del grupo de estudiantes también estaban incómodos, otros, como Theo y Draco lo miraban como alguien por debajo de ellos que no valía siquiera su atención. Sentí que me desmayaba cuando mencionó mi nombre.

-... ¡Realmente sorprendente! La señorita Ethelwold ha contestado todo a la perfección. ¡Vaya, incluso mi ambición secreta! ¿Dónde está, señorita Ethelwold?

Me sentí muy avergonzada al levantar mi mano. De verdad, quise dejar los espacios en blanco para que no pensaran que era aficionada a este tipo, pero no podía perder un examen intencionalmente, aún si no valía puntos. Iba en contra de mis principios.

-¡Asombroso! -dijo Lockhart, mostrando su dentadura- Le otorgaré diez puntos a Slytherin, felicidades.

El profesor guiñó un ojo. Cubrí mi rostro y escuché las risitas de Malfoy y sus gorilas. Escuché una pequeña y corta a mi lado y me giré violentamente.

Reencarné en La Cámara de Los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora