Cuando Nadie Nos Ve (Reeditando)

Capítulo 3

La atemorizada Mi suk se sentó al lado de un muy serio Namjoon, las voces de los jóvenes aún podían escucharse pero les ayudaba a tener un poco de privacidad, ella solía amar esos momentos en los que podía conversar con alguien adulto, era mucho más interesante compartir sus vivencias con alguien como él que aunque no era más que 7 años mayor que ella, le comprendía y sentía lo mismo, su cercanía era tan satisfactoria que buscaba excusas para estar a solas con él y aunque sabía que no era correcto tal relación, se escudaba con el "somos solo amigos".

-¿Vas a decirme qué sucede? Estás asustándome- Recriminó al borde del colapso.

-Creí que dejarías este colegio, me sorprendió verte hoy- Se limitó a decir sin dar más explicaciones que le diesen una idea de cómo interpretar su seriedad.

-¿Quién te ha dicho eso? ¿Acaso mi madre estuvo aquí?- Cuestionó dando casi por hecho la última pregunta.

-¿Entonces si es verdad? Después de todo vas a irte- Aseveró con tristeza en su voz, Mi suk soltó un pesado suspiró y volvió a tomar aire tratando de usar las palabras correctas, no era la manera en que quería decírselo, pero su madre siempre fue así, precipitada e imprudente.

-Mis padres prefieren este tipo de lugar a un instituto público, según porque me mantendré dentro de "las reglas"- Rodó los ojos con fastidio -Pero... hace unos días hablaron del tema, aún no está decidido pero es una posibilidad- Terminó confirmándole lo que más temía y que no se atrevía a externar, en su lugar soltó una sonrisa burlona y calmó el tenso momento.

-Eso no importa, tus padres sabrán lo mejor para ti, pero no hablemos más de eso- Obvió el tema por temor a que notase la tristeza en su rostro -Sabes... hoy te comportaste como la diva de la clase, algo impropio para una golden grade, no crees- Namjoon gustaba de retarla, era una forma de mantenerla en línea con las expectativas a los ojos ajenos a su amistad.

-¿Y eso te molesta?- Le desafió mirándolo a los ojos, algo impropio para un estudiante pero no para ellos, solían hacerlo a menudo.

-Para nada, podría decirse que me gustó mucho, me alegra que te hayas vuelto más fuerte, creo que no vas a necesitarme de ahora en más, pero trata de hacer como si fuiste regañada, no quiero perder mi empleo por ser débil ante ti- Le respondió con tal seguridad haciéndola colapsar internamente, para Mi suk Namjoon era una pieza clave en su seguridad y autoestima, su vida entera se construyó a través de sus consejos y palabras de ánimo, toda su vida vivió acomplejada por su inteligencia, su forma de ser y sobre todo su cuerpo, ella no era como las demás chicas, no cumplía con los estándares de belleza ni de ese lugar ni del país, su talla encabezaba el tamaño de las tallas, batallaba por cubrirse y pasar desapercibida y por supuesto era el blanco perfecto para los amantes del supuesto estilo y moda.

-Tú... no puedes- Su voz tembló y Namjoon se alarmó acercándose lo más que pudo, Mi suk tomó aire y se contuvo con mucho esfuerzo. -Sabes que trato de ser fuerte, pero no es tan sencillo, soy fuerte gracias a ti, me has dado la confianza que poseo y si te vas... no sé qué pasaría conmigo si algún día te vas- Lejos de captar el cariño en sus palabras, lo había tomado como una afirmación que flageló su alma.

-Mi suk...- Alargó empuñando sus manos incapaz de contenerla. -No digas eso, tú eres muy hermosa, además existen chicos que les gusta más la carne que los huesos, es lo que más resalta en un almuerzo- Bromeó con la esperanza de calmarla.

-Solo dices eso para hacerme sentir mejor, pero la verdad es que no encajo y lo sabes, ¿A quién podría gustarle este cuerpo Nam? Absolutamente nadie querría estar con alguien como yo- La forma en la que conseguía auto sabotearse atribulaba el espíritu de Namjoon, odiaba escucharla repetir esas frases que la marcaban y odiaba más aún no poder ser la persona que la sacara de ese pensamiento.