68-.Entregando...

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NARRA FRANCISCO...

La luz que entra por mi ventana me despertó de mala manera. No comprendo como siempre olvido correr las cortinas.

Quiero ir a mi hogar. Cada vez es más fuerte esa necesidad de volver a mi hogar.

Y lo hogar no es aquí, mi hogar es con mi familia, con mi madre y mi padre, con mis abuelos, con las personas que me aman. Allá es donde esta mi hogar.

Me levante de mi cama, mire mi celular y vi la hora, las cinco de la tarde, no puedo creer que pueda dormir tanto, pero ahora comprendo porque en este momento tengo mucha hambre.

Tome mi celular junto con mis audífonos y baje.

Llegue a la cocina pero por mala suerte no encontré nada de comida por ninguna parte.

Volví a mi habitación para tomar dinero e ir por algo para comer. Al conseguir el dinero fui a la tienda pensando en que iba a comprar. Soy tan flojo que para no cocinar planeo comprar galletas y jugo.

Fui a la tienda y compre las cosas, todo normal, pero al llegar a casa antes de abrir la puerta pude ver a Patrick pasar. Recordé la carta que le escribí así que tome valentía y fui hacia él.

-Hola-dije de forma tímida-.

-Hola-me contesta Patrick actuando de forma normal-.

-Pues... Em... Yo escribí una carta, para ti, para los chicos, para todos ustedes... Y me gustaría darte la ahora-dije tragando saliva-.

-Bien... Pues que suerte, voy con ellos. Da me la carta entonces.

-Claro. Solo.... Espera a que la traega, esta en mi habitación.

-Esta bien. Aquí te espero.

Fui corriendo hasta la casa, rápidamente abro la puerta y voy corriendo hasta mi habitación, tomo la carta y paro de golpe. ¿Qué pensara si le doy la carta?, tal vez ni siquiera la lea, bueno, también corro ese riego si solo se la dejo votada en la entrada de su casa... Aún que... No me gustaría que me buscara. No, no, no, no.

No quiero que nadie vea mi horroroso cadáver.

Aún que aún no se como moriré, tal vez encontrare una manera de que nunca encuentren mi cadáver.

No importa, le daré la carta y listo...

Baje rápidamente de nuevo y comencé a buscar a Patrick, lo encontré sentado a un lado de la puerta de la casa.

-Es, es esta carta-digo entregándosela-.

-Pues... Debo irme, allá la leo junto con los demás-dice Patrick tomándola-.

Patrick se levanta y se va, yo espero a que se aleje un poco.

-Adiós-susurre con melancolíca felicidad-.

Entre a casa y me fui a mi habitación.

NARRA PATRICK...

Eso fue muy raro, fue raro que me diera una carta y después solo se fuera.

Doble la carta y la hice lo mas pequeña que pude para que pudiera entrara en una de las bolsas del pantalón y así la guardara. Con algunas dificultades lo conseguí.

Seguí mi camino. El cual es ir a casa de Henry y ahí Juana, Patricia él y yo veríamos un par de películas para pasar juntos un poco de tiempo en el ultimo día del año.

Me hubiera encantado invitar a Francisco, pero siempre, al menos desde que volvió con Azael, Fran esta ocupado.

Llegue a casa de Henry y ya se encontraban ahí los demás, comenzamos a ver películas y pasamos el día entreteniéndonos.

Después de varias películas y juegos tonto mire la hora. Ya eran las once de la noche...

-Chicos debo irme, debo estar en casa antes de que acabe el año-dice Patricia-.

-Yo igual, hay que irnos juntas-dice Juana-.

-Las acompaño que ya es tarde-les dije a las chicas-.

Las chicas y yo salimos de la casa, nos fuimos caminando hablando y riendo ya casi llegábamos a casa de Patricia, que es la que vive más lejos, cuando recuerdo la carta.

-Debemos volver con Henry-digo preocupado-.

- ¿Por qué?-pregunta Juana confundida-.

-Francisco me dio una carta, dijo que la teníamos que leer todos juntos-conteste-.

-No puedo... Que tal si lo llamamos y la lees-dice Patricia-.

-Esa es una buena idea, hay que llegar a tu casa y llamarlo desde ahí-dice Juana-.

NARRA FRANCISCO... 

Mire la hora y me di cuenta de que ya eran las once de la noche. Tome mi mochila, y me fui a hacer lo que tanto quería.

Salí de mi casa, me coloque los auriculares y puse la musica al máximo volumen. Me dirigí a casa de Estefania y al llegar ahí metí la carta debajo de la puerta para que el viento no se la llevara.

-Adiós-susurre-Espero la leas...

Continué mi camino con la mirada hacia abajo.

Al llegar a casa de Azael suspire, debo admitir que no importa el daño que me haya hecho, no importa el daño que una persona pueda llegar a hacerme, siempre estaré para ellos, e vivido para complacer, y ahora moriré para complacerme.

Saque la carta de la mochila y me agaché para ponerla debajo de la puerta, antes de poder lograrlo vi como la puerta se habré e inmediatamente retrocedo.

Me caego al piso pero no levanto la mirada, yo continuo observando el suelo, pues ya se quien es. Añoró ver sus ojos, o escuchar el dulce sonido de su vos, anhelo sus abrazos y sus besos, necesito que me susurre un te amo, el ultimo te amo de toda mi vida. Lo amo.

-¿Qué haces ahí?-pregunta Azael confundido-.

-Yo....Yo solo-dije de forma tímida-Quería darte esto...

Le mostré la carta pero mi mirada seguí en el suelo.

-¿Qué es?

-Es para ti... E-es una carta...

-¿Por qué ahora?

-Solo...-dije enfadado pero dentro de mi con una enorme tristeza y aun manteniendo mi timidez-Acéptala, por favor....

Azael toma la carta y me da la mano. Siento un estirón que indica que él quiere ayudar a levantarme, que irónico, es irónico pues recuerdo que él me hizo caer, no literalmente, claro.

Al levantarme también alzo la mirada y veo por ultima vez esos hermosos ojos que tanto amo. Me miro y pude ver que sus ojos comenzaron a brillar, no pude evitarlo y lo abrace.

Él también me abrazo, me correspondió mi abrazo, inmediatamente lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, no pude evitarlo, me rompe el corazón saber que ese es el ultimo abrazo, que esa sera la ultima vez que lo vea. De verdad no puedo con esto.

-Basta-me susurra Azael con dulzura-No llores, todo estará bien.

''Todo estará bien'' esas palabras no dejaron de repetirse en mi cabeza, esas tres simples palabras son las únicas que e querido escuchar durante tanto tiempo. Son las únicas que e necesitado en esta tormenta, pero sin embargo, nadie me las ofreció, hasta ahora... Él, mi gran amor, me las regalo.

Deje de llorar y él me abrazo aun mas fuerte.

-No sabes, en verdad no sabes cuanto te amo-me susurra y después me da un dulce beso en la frente-.

-Debo irme-susurre con melancolía-.

-¿A donde vas?-dijo expresando tristeza con su voz y sus hermosos ojos-.

-No lo se....-dije con el corazón roto-.

Un mundo suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora