60-.Sin nada...

458 34 2
                                    

NARRA FRANCISCO... 

Preciento que el año nuevo lo comenzare mal. Ya lo iba a comenzar mal por culpa de los golpes de Armando, pero ahora esto, ya no tengo amigo. Malditasea, ¿por qué tengo que ser tan idiota?, ¿por qué no me puedo conseguir ese amigo para toda la vida que desde pequeño e soñado?, creia que seria Patrick, pero ahora por ser tan idiota me pasa esto.

Decidí caminar, no me importa que tan lejos termine, entre más lejos mejor.

Bueno.... Esa es una gran mentira, entre más lejos este todo esta peor. Azael es lo único que me queda, y no planeo dejarlo así como así, sin decirle nada, sin decirle ni siquiera que me voy, pues eso es a mi opinión lo peor que puede hacer alguien. Es horrible cuando una persona se aleja sin decirte porque, sin ni siquiera decirte adiós.

Continúe cambiando sin saber hacia donde me iba.

En mi mente solo había alguien, Azael. En estos momentos deseo tanto poder verlo e ir corriendo para abrazarlo. Deseo tanto decirle cuanto lo amo y lo necesito.

Levante la mirada y pude notar que cerca hay un centro comercial, decidí entrar al centro y mantenerme ocupado por un rato.

Al entrar no se si fue destino, o que, pero al entrar al centro comercial pude ver a Azael en un local. En una cafetería que esta algo cerca de la entrada.

Fui corriendo hasta él pero me detuve bruscamente cuando una chica se acerca a él con dos cafés. La chica se sienta a su lado y yo reacciono rápidamente y me escondo. ¿Quién demonios es esa y que hace con Azael? Se supone que ese maldito estúpidos debería de estar con uno de sus estúpidos amigos, no con una estupida perra.

No hay que sobre reaccionar, no hay que sobre reaccionar, tal vez sea solo una amiga. Tal vez le cancelaron y la encontró a ella y ya, eso fue lo que paso; pero que estúpidos es eso, ni siquiera yo me creo esa estúpida mentira.

Salí de mi escondite y me fui caminando hacia la salida, no tengo nada que hacer aquí.

Me detuve un instante y mire hacia atras, mire a Azael, él no se había dado cuenta de que lo ví, él estaba feliz tomando el café con esa zorra.

No tengo nada que hacer aquí.

Un mundo suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora