30-.El amor te esta cambiando...

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NARRA FRANCISCO... 

Ya había comenzado la noche, estaba en mi  habitación escuchando música, y si, música de My Chemical Romance, como me encantaría que esa banda volviera.

Mi puerta se abrió repentinamente y yo me asuste.

-¿Qué carajo haces?-pregunta Armando enojado-.

-Nada-dije intentando calmarme-.

-Como que nada, ven para acá maldito marica.

Armando se acerco a mi, me tomo del brazo y fuertemente me tumbo de la cama, por culpa de eso mi celular se cayo y me pegue en la cara, en la mejilla, cosa que me dolió.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunte poniéndome de pie-.

-Comida. No esta la zorra de Daniela-dice Armando-.

-No te voy a hacer de cenar, tu puedes hacerlo.

-Si, si lo aras.

Armando me volvió a tomar del brazo y me arrojo a las escaleras. Caí rodando y golpeándome en todo mi cuerpo, cuando al fin pare de caer todo mi cuerpo me comenzó a doler.

-¡Levantate maldito marica!-grito Armando aun arriba-.

Armando bajo y yo intente levantarme lo mas rápido posible, pero en verdad me dolía todo el cuerpo. Cuando Armando termino de bajar se puso frente a mi.

-Ahora, ve a hacerme de comer-dice Armando-.

Deje de pensar en negarme y fui a mirar dentro del refrigerador, no había casi nada, solo había huevo, salchichas, una manzana podrida y un cerveza.

-Mladitasea-susurre-.

Prepare lo único que pude preparar. Huevo con salchichas. Malditasea, se que esto no acabara bien.

Cuando termine de preparar su comida volví al refrigerador y saque una cerveza. Si odiaba la comida al menos podría calmarse con una cerveza.

Fui hasta la sala en donde Armando se encontraba mirando la televisión. El vio el plato, tomo su cerveza y me miro con desprecio.

-¿Qué carajo es eso?-pregunto enojado Armando-.

-Lo único que había dentro del refrigerador. Necesitas comprar comida.

-¿Qué carajo es esto!-grito Armando mientras se levantaba del sillón-.

Intente alejarme pero eso no sirvió, el tomo el plato y me lo arrojo en la cara.

-No hagas eso-conteste enojado-.

Armando me golpeo en el estomago quitándome todo el aire, me deje caer al piso y el me comenzó a patear.

-No me digas que hacer-dice Armando-.

Después de eso el sale de la casa y yo me quedo en el piso llorando. Carajo, ni para defenderme sirvo.

NARRA ESTEFANIA... 

Aun estaba en casa de Patrick, ya casi teníamos todo listo, ya habíamos hablado con todos, todo estaba perfecto, solo faltaba hablar con Francisco, es el único que no contesto la llamada así que necesitábamos ir a su casa.

-¿Que hora es?-pregunte-.

-Casi son las siete de la noche-contesta Patrick-.

-Esta bien, entonces vamos a la casa de Fran y después tendré que irme a mi casa, ya es noche.

-Claro, vamos.

Salimos de la casa de Patrick y fuimos a la de Francisco. Al llegar tocamos la puerta pero nadie la abrió. La casa estaba solo con la luz de la sala prendida, lo sabíamos porque a simple vista esa era la única luz que se distinguía; Patrick puso su cara en la ventana para poder ver quien estaba dentro y me miro preocupado.

Un mundo suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora