25-.Mi religión...

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NARRA ESTEFANIA...

Ya son las seis de la tarde y yo en mi casa, un Domingo, es normal pero a la vez raro. Antes salia todos los días, por ser ''popular'', pero ahora, e dejado de importarle a las chicas y los populares me han ido dejando atrás.

Mire mi celular buscando a alguien para poder llamarle.

-¿Francisco? debe de estar con Azael, no quiero molestarlo.... ¿Juana?, no, ¿Patricia?, no, tal vez tenga el numero de Patrick..... no, no lo tengo, ¿Henry?, no. Le llamare a Francisco, espero no molestarlo-susurre-.

Inicio de llamada...

-Hola-dice Francisco-.

-Hola, ¿vas a hacer algo?-pregunte-.

-Acabo de llegar a mi casa, no hay nadie, así que supongo que no. ¿Por que?

-Pues, me preguntaba si querías salir

-¿Salir?, ¿a donde?

-Son las seis de la tarde, va a comenzar a hacer frió, ¿vamos a tomar un café?

-¿Conoces alguna cafetería?

-En el centro hay muchas, pero hay una en especial que adoro.

-Genial.

-Pasare por ti en treinta minutos.

-Vale, adiós.

-Adiós.

Fin de la llamada...

Me arregle, me puse unos jean ajustados, una blusa de manga larga negra y tome un suéter blanco, me puse unos tenis de color negro y blanco, al final me puse un gorro simple negro. Tomo mi celular, mis audífonos y las llaves del coche baje a la sala e intente irme pero encontré a Alejandra e intento detenerme.

-¿A donde vas?-pregunta Alejandra-.

-No te importa-conteste fría y después me acerque a la puerta, sin embargo Alejandra me toma del brazo-.

-Hoy no saldrás-dice enojada-.

-Tu no me mandas-me suelto de Alejandría y salgo de la casa-.

Entro al coche y comienzo a conducir en dirección a casa de Francisco.

NARRA FRANCISCO...

Y este Domingo no termino siendo tan, Domingo.

Mire por mi ventana y recordé mi celular, aun seguía ahí en mi cama, lo tome y junto con mis audífonos los metí a mi bolsillo del pantalón.

Me llego un mensaje de Azael.

-Hola-manda Azael-.

-Hola-contesto-.

-Me alegro mucho estar junto a ti hoy.

-A mi también. Tal vez deberíamos volver a hacerlo algún otro día.

-Si, seria muy buena idea

-¿Tu familia ya vio tu nuevo look?

-Si, no me dijeron gran cosa. Mi padre me dijo que parecía mujer, mi madre que estaba loco, y a algunos de mis hermanos les parecía gustar.

-¿Algunos de mis hermanos?, ¿tienes hermanos?

-Si, no soy el menor, ni el mayor, soy el de en medio. Somos cuatro, soy el tercero, para especificar. Mis dos hermanos mayores ya tienen veinte o mas de veinte años, tienen su casa, pero estaba hoy. Y el menor, el menor tiene diecisiete, un año menor que yo.

-¿Saben en que trabajas?

-Si, solo uno, y mis padre.

-¿No les importa?

-No, creo que no. Ya tengo que irme, mi madre por alguna rara razon quiere ir a la iglesia.

-Vale, adiós.

-Adiós.

Iglesia, esa palabra es un poco rara para mi, y mucho mas poner un pie en ella. No soy ateo, ni tampoco religioso, no se que soy. A veces creo en ''Dios'', a veces no, tengo mi propia idea sobre el, aun que no se si sea correcta, todos tienen una idea diferente sobre el, creo.

Paso el tiempo y Estefania llego en un coche.

NARRA ESTEFANIA...

Llegue y Francisco no tardo mucho en salir. Entro en el coche y se sentó a mi lado (en el asiento del co-piloto).

-¿Este es tu coche?-pregunta Francisco-.

-Si. Casi nunca lo uso.

El camino a la cafetería fue rápido, o al menos para mi. Al llegar a la cafetería vi ahí, a ese establecimiento casi alejado completamente de los otros, alejado del ruido y de las personas apresuradas. Estaba ubicado en una calle que casi nadie usaba, es una cafetería tranquila, con una hermosa vista, que apesara de que lo único que se podía ver era la calle y otros establecimientos como librerías o simples establecimientos con letreros de ''se vende'', ese lugar para mi, tiene una perfecta y hermosa tranquilidad.

Francisco y yo entramos a la cafetería y nos sentamos en una mesa que se encontraba frente a una gran ventana, no tardo mucho en llegar una chica y pedir nuestra orden. Yo solo pedí un café y Francisco hizo igual. Mientras esperábamos que nuestros cafés llegaran comenzamos a platicar.

-Y di me, ¿que a pasado contigo y Azael?-pregunte intentando crear una conversación-.

Francisco no tardo mucho en contestar y contarme que hoy habían pasado tiempo, después que habían platicado por poco tiempo desde Facebook y que Azael se tuvo que desconectar porque fue a la iglesia con su familia, a Francisco le encanta hablar de Azael o al menos eso creo.

-Dime, ¿crees en Dios?-pregunta Francisco-.

-Si, creo que si. Digo, no soy la persona mas religiosa del mundo pero si creo-contesto-¿Y tu?

-Pues, no lo se, no estoy seguro. Es que, es algo difícil creer lo que te dicen, después de todo, ¿has entendido y analizado cada palabra que te dicen de Dios y la religión? Dicen que el te ve, siempre, a todas horas, que ve a todos, es difícil de imaginar. Que el tiene el poder de todo y todo, el decide cuando muere, quien muere. El puede solucionar todo o empeorarlo. No lo se, es difícil creer.

Llega la chica y nos da nuestros cafés.

-Tal vez Dios es diferente a como lo creemos.

-¿A que te refieres?

-No lo se, tal vez no estamos en lo correcto y el no es tan igual a como nosotros pensamos.

-O tal vez es simplemente nuestra necesidad de etiquetar todo. Siempre buscamos un nombre o una etiqueta cuando encontramos algo nuevo, no existe nada ni nadie en el mundo que no tenga una etiqueta, y cuando no tiene nos comenzamos a desesperar. ¿Por que decimos que odiamos las etiquetas pero nosotros mismos las hacemos?, digo, es algo estúpido.

-¿Me estas diciendo que no tienes religión?

-No me importaría tenerla, no me importaría no tenerla, al final cada quien hace lo que quiere sin pensar en su Dios.

-Esa es la religión de Francisco.

-Tal vez tenga una religión propia. Al final todos hacemos con la religión lo que queramos. En unas vestir con faldas cortas esta permitido, en otras tienes que estar bien cubierta por ropa. Tal vez sean diferentes, pero al final es igual, todos buscamos el bien, o al menos fingimos hacerlo.

Un mundo suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora