Déjame amarte ❞ (Sogo Osaka┆lectora) [IDOLiSH7]

17. No quiero seguir aquí [💐]

Días antes del anunciado concierto de IDOLiSH7, t/n seguía muy dolida, pero a diferencia de Sogo lograba ocultarlo de mejor manera, siguió con su trabajo normalmente, pero se abstuvo a compartir alguna palabra con Kenjiro y Tomeo, siendo el primero el más insistente para recibir alguna respuesta positiva.

La empresa decidió elegir a algunos periodistas para que escribieran columnas de opinión sobre los distintos conciertos navideños que estaban haciendo los idols, pareciera que todos se habían puesto de acuerdo, ya que TRIGGER y Re:vale también habían anunciado encuentros con esta temática y la empresa no haría oídos sordos a esto y aprovecharía para ganar más rating, y para su suerte o desgracia, ella fue seleccionada para el concierto de IDOLiSH7, debía ir y captar cada detalle relevante y escribirlo en el sitio web del programa. Quería renunciar, renegó contra su jefe, sabía que lo estaba haciendo para dañarla, de alguna manera torturarla, estuvo a punto de ir a su oficina a poner el grito en el cielo, pero hizo hasta lo imposible para calmarse y no cometer alguna locura - debo tener paciencia, ser respetuosa, sino no conseguiré otro trabajo... - en su interior realmente quería ir, ver a su amado sobre el escenario, disfrutando de su pasión por la música, verlo fluir con el grupo entero, pero sentía vergüenza de tan solo pensar en ser reconocida como la periodista chismosa o peor, que alguno de ellos la viese entre la multitud.

- últimamente tengo muy mala suerte...

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Era el día de concierto, debido a que comenzaba al caer la noche, tenía que cumplir con asistir durante la mañana al estudio, y como cada día, nuevamente Kenjiro trató de conversar con t/n, pero no tuvo respuesta. La siguió por los pasillos, le rogaba su perdón y que le diese la oportunidad de hablar sobre lo ocurrido, a la chica le sorprendía lo persistente que era a pesar del tiempo transcurrido, pero ambos pararon en seco cuando se toparon a Tomeo de frente con su teléfono en mano, la periodista no dudó en rodar los ojos por el fastidio que le daba el verlo, iba a seguir caminando, pero su profunda voz la detuvo.

- creo que deberías dejarlo hablar, sino te molestará para siempre - la menor siguió con su mirada de fastidio - no te metas donde no te llaman... ¡saben qué! - una extraña impotencia invadió su ser, sintió ganas de desahogar todo su dolor sorpresivamente, ni ella lo tenía previsto, pero estaba cansada de ser pisoteada por los hombres que lamentablemente para ella, eran sus compañeros de trabajo - ¡realmente me sorprende que ustedes hayan seguido sus órdenes! sí, es el jefe, pero los mandó a hacer algo realmente malo, arruinar la reputación de alguien solo por dinero ¿creen que eso es sano? ¡hay miles de formas de ganar dinero sin lastimar a los demás! Kenjiro - lo miró, por primera vez en mucho tiempo, éste sintió mucha emoción - yo creí que eras distinto, pero me equivoqué... ustedes me hicieron mucho daño... y de alguna manera sé que estaban respondiendo a lo que el jefe decía, pero creí que serían más sensatos... aunque yo también tuve culpa, no sabía de este retorcido plan pero tuve que haberlo adivinado antes... yo no quiero seguir aquí - su voz se escuchó levemente quebradiza y no dejó que nadie respondiese, siguió caminando, esta vez con un paso más fuerte y apresurado. Kenjiro iba a seguirla, pero Tomeo lo detuvo y le dijo que lo mejor era dejarla ir.

Con rabia, impotencia y decepción por sus compañeros y ella misma se dirigió al programa matutino para despejarse y seguir con su trabajo.

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Llevaba un vestido corto de color turquesa, un gran abrigo blanco con pompones, más largo que su vestido y una gorra de lana del mismo color, y mientras llegaba al recinto sacó lentes de sol de su cartera, sentía vergüenza porque no era un accesorio recurrente en el invierno, pero prefería no ser reconocida por nadie. Mientras se acercaba veía más gente, en su mayoría mujeres y niñas emocionadas, hablando de lo geniales que eran los chicos o lo hermosos que eran, extrañamente sintió mucha felicidad por ellos, por Sogo y que los chismes no los hayan derrotado, de alguna manera sintió orgullo por su amado, de verlo escalar tan lejos.