Capitulo 9

162 33 5
                                    

El abogado se acercaba a la habitación de su hija y unos pasos antes de llegar escuchó a alguien cantar, estaba seguro que era el guardaespaldas, y al abrir la puerta vio a la pequeña en los brazos de este acurrucada sobre su pecho, sonriendo, aún dormida, ella sonreía mientras este la mecia y le cantaba.
Lo hizo muy feliz volver a verla tan tranquila, realmente muy feliz pero entonces el castaño se percató de que el abogado los observaba y se detuvo.

—Lo haces muy bien, sigue —dijo este en voz baja acercándose.

—Lo siento —sonrió—. No me gusta que me escuchen cantar, lo hago solo por ella —aseguró avergonzado.

—¡Entonces supongo que tu voz es solo para Nia! —exclamó con una sonrisa el abogado.

—Lo es —afirmó el castaño mirando a la pequeña.

—Al parecer dormirá un poco más —aseguró entonces su jefe—. De todas formas iré a mi oficina, vine solo a despedirme.

—Esta bien, no se preocupe.

El abogado sonrió al escuchar eso y luego besó la frente de la pequeña, que permanecía dormida sobre el pecho del castaño.

—Volveré en la tarde —mencionó.

—Esta bien Sr, recuerde que puede observar la casa desde su teléfono si así lo quiere —afirmó el castaño—. Puede pedirle a Tay que lo configure para ello.

—Esta bien, gracias.

El abogado se despidió y salió de la habitación, pero permaneció algunos segundos detrás de la puerta, entonces oyó a la pequeña quejarse, luego de ello la voz del castaño cantándole nuevamente.
Sonrió al oírlo, pensando en cómo su hija era tan consentida y aún podía querer ser arropada de esa manera, pero justo en ese momento la tristeza invadió su corazón porque sabía que la pequeña necesitaba ser arropada, pero por su madre y se culpaba nuevamente, como cada día desde que Mook ya no estaba con ellos, no podía evitarlo, el estaba seguro de que su muerte era culpa suya y nadie lo haría cambiar de idea, por más que digan lo contrario. 

—Tay —el castaño llamó a su amigo por el comunicador en su oído.

—¿Tul que sucede?

—¿Hiciste lo que te pedí?

—Si, después de configurar el teléfono del Sr Nattapol coloque el localizador, ya está en funcionamiento.

—Ok.

—¿Me dirás por qué quisiste hacerlo sin que el lo sepa?

—A el no le importa su seguridad Tay, pero a nosotros nos tiene que importar igual que la de Nia y New... sabemos que el peligro viene con el, así que es mejor seguir sus pasos también.

—Lo entiendo.

De caminó a su oficina el abogado recibió un mensaje de su amiga pidiéndole que lo llamara cuando pueda.

—¿Qué sucede Nikki? —cuestionó al teléfono después de que ella contestara.

—Tengo lo que me pediste Max,¿quieres que lo mande a tu oficina?

—Si, estoy yendo para allá ahora.

—Ok, uno de mis hombres te lo llevara.

—Gracias.

—No te preocupes amigo, apropósito, ¿qué fue lo que el fiscal Suraphan fue a decirte?

—¿Cómo sabes que vino a verme?

Lo que ImportaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora