Capítulo 15

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El joven bajo junto a su guardaespaldas las escaleras y entonces escuchó la voz de la capitana llamarlo.

—New —dijo esta yendo a abrazarlo—. ¡Dios querido! —exclamó al ver sus manos—. ¿Qué sucedió?

—Nada —respondió el con una sonrisa—. Nada importante, no te preocupes.

—¿Seguro? —cuestionó la mujer preocupada y el joven solo asintió sonriendo para tranquilizarla—. Esta bien —afirmó tomando su mano—. Vamos a sentarnos entonces.

—¿No me dirás que haces aquí primero? —cuestionó el joven caminando con ella a la sala.

—Vine a traerles algo —respondió alegre.

—¿Qué? —cuestionó otra vez New curioso, sentándose al lado de su hermano.

—Un regalo de Mook —respondió la capitana acomodándose frente a ellos—. De ella para ustedes —sonrió.

—¿¡Qué!? —dijeron al unísono los hermanos mirándola sorprendidos.

—Ella me encargo esto antes de... antes del accidente —afirmó la mujer con tristeza—. Debía dárselo hace tiempo, pero no tuve la oportunidad de viajar y no confiaba en enviarselos, no estaba segura de que llegaría a ustedes.

—¿Pero de que hablas Nikki? cuestionó entonces el abogado aún sorprendido.

—¡De esto! —exclamó la mujer sacando unos estuches de su cartera—. Este es para ti New —dijo abriendo una de esas cajas dejandole ver en ella una cadena de plata y un dige en forma de estrella.

—¿Por... por qué? —cuestionó el joven mirando el collar.

—Allí está la explicación —afirmó la mujer apuntando una nota en la tapa del estuche.

El joven sacó el pequeño papel de la caja y cuando lo abrió reconoció al instante la letra de su hermana, sentía su pecho oprimirse mientras sus ojos repasaban cada palabra, hasta que pudo leerla en voz alta.

—El sol se ocultara y habrá días en los que hasta la luna desaparecerá, pero esta estrella... está pequeña luz siempre te iluminará en la oscuridad hermanito, siempre, con amor Mook —dijo sonriendo.

—Y esta es para ti Max —afirmó después su amiga abriendo otro estuche, dejandole ver dentro una cadena de oro, con un escudo y espada como dige.

—Tú siempre eres quién protege a los demás Max, no hay nada que te represente mejor —leyó esta vez el abogado en voz alta—. Un caballero —agregó y sonrió al mirar el collar.

—Y este es para la pequeña Nia —dijo la mujer abriendo el último estuche frente a los hermanos dejando ver dentro de el una cadena de plata con un dige de diamante en forma de corazón.

—Eres mi corazón pequeña y de esta forma yo viviré en ti, como tu vives en mi —leyó en voz alta el abogado sosteniendo en su mano la nota—. Con amor Mamá —agregó mientras algunas lágrimas escapaban de sus ojos.

—Perdón por haber tardado tanto chicos, pero me alegra haberles traído esto, este día —afirmó la mujer con una sonrisa—. Creo que a ella le hubiera gustado entregárselos hoy también.

—Gracias Nikki —dijo entonces el joven abrazándola—. Gracias por esto.

—No fue nada querido —afirmó la mujer abrazándolo también.

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