Capítulo 43

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Aún en el auto, el abogado y el guardaespaldas esperaban ver al joven volver pronto, pero el nerviosismo y el miedo que Max sentía era evidente por la forma en que apretaba con fuerza el teléfono en su puño, rogando internamente porque el tiempo pase rapido, hasta que sintió una calidez conocida sobre su mano, reconfortandolo.

—Todo saldrá bien —dijo el castaño dedicándole una sonrisa para calmarlo.

—Si, lo sé —respondió este mirándolo, y entonces su teléfono sono—. Tenemos la orden —leyó aliviado, pero aquella expresión cambió rápidamente al continuar la lectura.

—¿Qué sucedió? —cuestionó Tul al notarlo.

Tanshi dijo que New ya estaba volviendo, pero entonces el... el ya debería estar aquí —respondió el abogado bajando del auto rápidamente—. Debo ir a buscarlo.

—Espereme —dijo el castaño siguiéndolo—. Iremos juntos —afirmó deteniendolo frente al vehículo, pero antes de dar más de cinco pasos vieron una patrulla detenerse a unos metros de distancia—. ¡Esto no puede ser bueno! —exclamó luego de ver otra detrás de ellos cerrando su salida.

¿Qué haremos ahora? —cuestionó Max aún inmóvil mientras veían a varios oficiales bajar de aquellos vehículos apuntandoles.

—Abogado —lo llamó uno de los policías parándose delante de todos—. Es mejor que se entregue —le advirtió—. Será más fácil de esa forma —afirmó señalando a los hombres armados detrás de él.

Y aunque los tenían acorralados, aún les quedaba una salida que el castaño recordó, una que al parecer estos no habían notado, entonces sujeto del brazo al abogado y lo llevó rápidamente hacia el auto otra vez.

—¡No haga esto más difícil! —gritó el policía al verlos enconderse.

—Salgamos de aquí —dijo el castaño tirando de su jefe hacia la puerta detrás del auto.

—¡Si no es usted será su hermano! —amenazó el policía haciendo que Max se detenga—. ¡Es su decisión abogado!

—Vamos —repitió el castaño ignorando aquello.

—¡No puedo! —exclamó su jefe soltandose de su agarre—. Si me voy irán por New.

—Tay ya debe estar con el —afirmó el guardaespaldas sujetandolo nuevamente—. Vamos.

—¡Es su última oportunidad abogado! —gritó entonces el policía.

Y después de escuchar eso Max volvió a soltarse del agarre del castaño, caminando hacia el frente del auto, porque sabía que si no lo hacía sería su hermano y no iba permitir eso, nunca.

—¡Aquí estoy! —dijo levantando las manos.

—Traiganlo —le ordenó el oficial a los demás y antes de que se acerquen el castaño disparo contra ellos, llevándose con el al abogado.

—¿Por qué demonios hiciste esto? Iran por New ahora —le reprochó su jefe furioso mientras se cubrían de los disparos que recibían.

—Si están aquí es porque no saben donde está su hermano —afirmó el castaño mirándolo—. Vaya por el, yo lo cubriré —dijo y disparó hacia los oficiales otra vez—. Salga por esa puerta y búsquelo.

—No, no puedo solo dejarte aquí —expresó el abogado acercándose a el.

—Solo hágalo, yo los distraere —afirmó Tul disparando nuevamente.

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