Capítulo 2

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Relucía la luz de las velas en el gran comedor y solo se escuchaban murmullos mientras los niños de primer año cruzaban por el pasillo, sin embargo, no eran ellos lo que despertaban la curiosidad de los alumnos de Hogwarts, si no las dos adolescentes que iban detrás de todos, de las cuales nadie sabía nada.

Inma y María, absortas de todo lo que había a su alrededor, solo podían admirar la belleza de ese gran lugar mientras que de vez en cuando se miraban la una a la otra sonriendo, estaban cumpliendo su sueño, iban a estudiar en Hogwarts.

– Inmaculada Anderson Maxwell – dijo Mcgonagall con el pergamino en la mano.

La nombrada se adelantó y caminó hacia el taburete con todas las miradas puestas en ella, se sentó y la profesora le puso el gorro.

– Hummm... interesante – comentaba el sombrero sobre la cabeza de ella.

Mientras tanto por la cabeza de su amiga solo pasaba una frase:

Va ha ir a Ravenclaw, va ha ir a Ravenclaw...

– HUFFLEPUFF – gritó aquél sombrero parlanchín mientras toda la mesa de Hufflepuff aplaudía con fuerza y una sonrisa se dibujaba en el rostro de la chica.

–¡ LO SABÍA !– gritó María señalando a su amiga.

Todo se sumió en un silencio hasta que la rubia de cabellos rizados empezó ha carcajearse y todos los demás la siguieron, mientras tanto solo María se daba cuenta que Draco la estaba mirando solo a ella con semblante serio.

Su pobre corazoncito estaba a punto de estallar y ya se imaginaba a ella en el suelo del gran comedor, después de desmallarse al sentir la mirada de ese grandioso dios griego, rodeada de todos y sonriendo como una boba, al mismo tiempo que esta idea pasaba por su cabeza ellos dos se seguían mirando hasta que el rubio apartó al vista y ella hizo lo mismo.

*** 

Después de sentarse en la mesa correspondiente a su casa, Inma se encontró buscando inconscientemente al chico de ojos azules que habían visto en el tren y confundida meneó la cabeza intentando sacar esa absurda idea de su mente, lo que ella no sabía era que esos mismos ojos azules que ella estaba buscando la estaban mirando desde lejos.

– María Smith Anser –nombró la profesora y la chica llegó a  su lado en menos que canta un gallo.

Puso el sombrero sobre su cabeza y la chica no hacía más que repetir en voz baja el nombre de la preciada casa a la que deseaba pertenecer desde hacía años.

– Tus deseos son ordenes, querida – dijo el sombrero – SLYTHERIN.

La chica no cabía en sí de la felicidad y al encontrar la mirada de su amiga, la cuál era como su hermana, las dos sonrieron de oreja a oreja, lo habían conseguido.

Y aunque muchos no hubieran estado conforme por estar en una casa distinta a la de su mejor amigo, a Inma no le importaba y a María tampoco.

Será divertido escaparme para ir a verla pensó esta última.

Entre la multitud, mientras la chica se sentaba en su mesa, divisó al chico de ojos verdes mirándola con una sonrisa torcida, la cuál borró de su rostro al percatarse de que la rubia se había dado cuenta.



Un hogar distinto [Fanfic Hogwarts]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora