Cuéntales,
Te enamoraste por primera vez,
Sin darnos cuenta nuestro mundo cambié.
Sabes todo de mi,
No puedo estar sin ti.
Pero, cuéntales,
que no pienso rendirme esta vez,
y esa promesa que no te iba a perder,
no la voy a romper,
no la voy a rompe...
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- Esto sigue sin convencerme. -susurré, en cuanto la chica que me entregó mi vestuario, se fue.
Hoy era la última prueba de vestuario. Y eso me ponía nerviosa, porque significaba que pronto empezaríamos a grabar. Sí, en los ensayos había logrado ocultar mi nerviosismo, y aparentar que estaba feliz. Pero no estaba segura de poder hacer eso con la cámara ahí.
Esta vez, estaba completamente sola. Emma tuvo su turno en la mañana, y luego iba con los bailarines lobo, a... practicar unos trucos. Mis padres estaban con Dylan, y Justin y Matthew trabajando. Mi vida parecía que había vuelto a lo de antes. Pre-pandemia. Solo... que en lugar de ir al estudio, venía a... grabar "Zombies 3".
- Es cosa mía, ¿o la primera vez que te vi con ese uniforme no te veías tan bien como ahora? -a través del espejo, vi a Pearce, que estaba detrás de mi, parado en la puerta.
- ¿Qué haces aquí?
- Solo caminaba y... te vi. Estás asombrosa.
- Gracias.
Él tenía prácticamente la misma ropa que la otra vez. Sólo que en lugar de la camiseta morada, tenía una... amarilla opaca. Ah, y había pintado parte de su cabello de color blanco, aunque eso último ya llevaba varios días ahí.
- ¿Qué hay de mi? Ahora sí soy todo lobo. ¿Qué tal?
- Muy bien... Tu cabello está algo descolocado, pero te ves bien.
- ¿En serio? Creí que lo había peinado. -se acercó a mi lado, para mirarse en el espejo, y acomodar su cabello.
- Es que... ¿Puedo?
- Claro.
Me acerqué a él, y moví todos sus mechones blancos hacia la derecha.
- Creo... que así está mejor. -dije mientras me alejaba.
Él se giró para mirarse.
- Me gusta. Gracias.
- Tú cabello es muy suave. -admití en un susurro.
- Tal vez... pero el corte está raro. Adelante lo tengo largo, y atrás corto. -dijo mientras pasaba su mano por su cabello, desordenandolo, otra vez.- Lo siento. Eh... ¿me ayudas? -no dije nada, y solo volví a acomodarselo.
- A mi me gusta. Al menos cuando intentas peinarlo.
- Sí, eso extraño del cabello corto. A veces me da flojera peinarlo.-yo me quedé callada. Antes de que él dijera algo más, una alarma de mi teléfono sonó.- ¿Pasa algo?
- No. Solo es un recordatorio de que hoy tengo ensayo de animadores. Ya tengo que irme.
- Creí que sus ensayos eran más tarde.
- Sí, pero quería ir a mi casa primero. Tengo que cambiarme, y... olvidé mi bolso de baile.
