Panem • 𝒘𝒐𝒔

catorce

[V]

Tengo los párpados pesados, intentan cerrarse por el sueño pero hago lo imposible para impedirlo. Quiero estar despierto, no quiero dormirme y olvidar en la noche todo lo que acaba de hacer estallar mi corazón.

Clara rasca mi pelo y mi hombro mientras yo permanezco acostado encima suyo con la cabeza pegada a su pecho. Escucho a su corazón latir tranquilo, estoy seguro de que el mío está acelerado desde hace ya un largo rato. Me aferro a su cintura aún más que antes y trago saliva cuando un vacío invade mi pecho.

No quiero pensar en perderla, por lo tanto también pienso que no debo permitir que se vaya.

"¿Por qué no te dormís todavía?" Murmura al escucharme suspirar por mis pensamientos.

"No tengo sueño." Miento.

"Volvimos del hospital para que duermas."

"Me dejaste bastante espabilado la verdad saltando arriba de mi cho-"

"Valentín..." Me regaña bajito pellizcando mi brazo, y entonces recuerdo que es una novicia y que esa clase de chistes no son algo muy de costumbre para ella.

Río por su adorable vergüenza y decido cambiar de posición para dejarla respirar un poco, así que me levanto de encima suyo y me recuesto boca arriba a su lado, pero jamás la suelto. La atraigo a mí abrazando sus hombros y mi otro brazo sujeta su cintura. Sonríe, juega con mi cadena, acaricia mi pecho. Pienso en lo enamorado que me siento de todo lo que la compone, es un enamoramiento doloroso, como si esas balas que alguna vez disparé ahora me estuvieran volviendo.

Sus dedos contornean mi mandíbula, mi barbilla y mis labios. Atrapo su mano y beso sus nudillos suavemente, y Clara sonríe, no deja de sonreír ni una vez.

"Gracias..." Le digo cuando vuelve a colocar su mano en mi cara.

"¿Por qué gracias?"

"Por hacer que me vuelva a sentir bien."

De nuevo sonríe, acerca su cabeza y besa mis labios otra vez. Suspiro y mi pecho cosquillea porque es la sensación más magnífica que sentí jamás. Las manos me arden por querer volver a tocarla, y esta vez no me inhibo de hacerlo, dejo que se deslicen por donde quieran mientras nuestras bocas se mueven juntas.

Si por mí fuera, continuaría lo que resta de la noche disfrutando de su cuerpo entero y de esta oportunidad tan única de escucharla suspirar una y otra vez, pero sé que estuvo un muy largo tiempo sin este tipo de contacto, y yo no quiero apresurarla solo para acomodarla a mis necesidades.

Me detengo cuando mis manos acarician sus pechos de nuevo y ella se aparta un poco exaltada. Comprendo que lo de hace rato fue ya suficiente para Clara, y que también quizás le lleve un poco de tiempo acostumbrarse a la idea de toda esta locura por la que estamos pasando en este momento.

"Perdón..." Dice con las mejillas rojas.

"Está bien, no me pidas perdón por no querer hacer algo."

"Sí quiero, solamente es que... tengo mucho en la cabeza ahora." Asiento acariciando su rostro dejándole saber que la entiendo, pero ella cierra los ojos y niega. "De verdad, no quiero que creas que te estoy rechazando o que me arrepiento. Enserio no me arrepiento, pero hay muchas cosas que tengo que pensar ahora y todo me está dando mil vueltas y no sé muy bien para qué lado debería ir ahora porque-"

"Clara, está bien." Repito sonriéndole tranquilo.

Ella mastica su labio y mantiene su mirada grisácea puesta en la mía. La tengo cerca de mi rostro, tan cerca y tan real que tengo que acariciarla un poco más para asegurarme de que realmente sea de carne y hueso y no se trate de mi imaginación.