ocho

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[V]

La gente parece bastante paciente en la sala de espera, algunos metidos en sus celulares y otros murmurando cosas entre ellos. Yo, en cambio, estoy desesperado.

Clara está sentada al lado mío con cara de muerta, no tiene ninguna expresión, solo mira a la pared blanca del frente sin realizar ningún gesto. Su mano todavía sigue envuelta en el repasador de la cocina, ahora completamente manchado de su sangre que no paró de borbotar desde que llegamos.

Me niego a seguir esperando hasta que se desangre, así que la agarro de su mano sana y me paro comenzando a caminar en búsqueda de alguien que nos ayude, con ella caminando torpemente detrás mío. Entonces al doblar la esquina de un pasillo la veo, y ella también me ve a mí, confundida y atónita.

"Valentín..." Balbucea sin sacarme la mirada de encima. "No sabía que te dejaron libre."

Vanessa. Larga historia.

"Hola." Es lo único que me sale decirle después de meses.

Me mira con el ceño fruncido, supongo que aún tratando de realizar la situación y caer en la misma. Mira a Clara y a su peculiar vestimenta para nada llamativa -nótese mi ironía-, y eso la confunde un poco más.

Sé que quiere hablar, pero ahora no tengo tiempo para eso, así que me aprovecho de saber que tiene varios años trabajando en medicina y empujo a Clara entre medio de nosotros estirando su mano herida. Aún me sorprende que continúe inexpresiva, como si no tuviera un tajo profundo de casi ocho centímetros atravesándole la carne.

"Se clavó un vidrio grande y no para de sangrar, estamos esperando hace mucho y nadie nos atiende." Hablo lo más rápido que puedo porque mi tolerancia a los hospitales es nula, y de verdad quiero irme de acá lo más rápido posible.

Vanessa asiente, no necesito decirle lo que quiero porque lo entiende. Apunta con su cabeza hacia la otra dirección diciéndonos que la sigamos, yo tengo que mover a Clara conmigo porque de otra forma no va a moverse.

Me preocupa, si soy sincero. Lo que sea que haya pasado en la habitación con la tía Ruth realmente la dejó atormentada, debe ser algo grave para ella teniendo en cuenta sus problemas con ver cosas que otros somos incapaces. Sé que pude haber sonado tonto cuando me contó al respecto, pero de verdad le creo.

En la cárcel lo ves mucho, hombres golpeándose la cabeza contra la pared porque alguna maldición los persigue. Vi reclusos cortándose las venas al grito de que los dejen en paz, y no es algo que se trate solo de algún problema psiquiátrico. Clara sabe manejarlo, eso es algo admirable de su parte.

"Bien, necesito que te saques eso y me muestres cómo tenés." Le dice Vanessa una vez que estamos adentro de un consultorio.

Ella se voltea a mirarme con duda, un tanto afligida también. Asiento con la cabeza queriendo darle un mensaje de que confíe.

Estira la mano y Vanessa toma el trabajo de desenredarle el repasador con cuidado de no irritarle la herida. Apenas lo quita por completo, sus ojos se abren bien grandes por la impresión. Analiza muy bien la lesión buscando que no se haya dañado nada que sea grave, y por su suspiro aliviado sé que lo único que se debe solucionar es el corte.

"Por suerte no veo que el vidrio te haya llegado a tocar algún hueso. Pero por la profundidad hay que coser sí o sí."

Es ahí cuando Clara parece olvidarse del pedo mental que tenía hasta el momento y levanta la cabeza.

"No." Dice mientras aleja su mano agresivamente.

"Es necesario, sino-"

"Dije que no."

Panem • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora