Panem • 𝒘𝒐𝒔

once

[C]

Constanza se baja del remís y corre adentro del hospital, yo me encargo de pagarle al chófer con las manos temblorosas por las malas noticias de la mañana.

Intento bajarme más tranquila que ella, intento pensar que todo va bien y no es nada de lo que nadie deba preocuparse. Pienso en Valentín, en el dolor y la angustia que debe estar consumiéndolo ahora mismo, y el hecho de imaginármelo triste es suficiente para hacer rebalsar mi corazón.

Entro al hospital y subo las escaleras hasta llegar a donde el papel en mi mano lo indica, los doctores y enfermeros caminan de un lado a otro metidos en sus propios problemas y casos. Puedo ver en el pasillo contrario a mi dirección a Vanessa, aquella mujer que suturó mi mano y con la que Valentín tuvo una aventura adentro de la cárcel, me pregunto si se habrán cruzado hoy.

No, no es momento de ser egoísta y de sentir celos cuando él no está en un buen momento. Vanessa es doctora, es normal que lo ayudara si es que se vieron.

Finalmente, adentro de la sala de espera de las terapias intensivas distingo las vestiduras de Constanza, quien abraza a un decaído Valentín que logra verme al mismo tiempo que yo a él.

"¿Qué pasó?" Pregunto angustiada cuando yo también estoy con ellos.

Valentín deja de abrazar a Constanza y se mete las manos a los bolsillos agachando la cabeza. Aún aunque lo oculte, llego a ver la lágrima que sale de su ojo y que intenta disimular rascándose la mejilla.

"Estaba saliendo de mi casa a la madrugada y la encontré tirada en el piso." Dice tratando de no dejar que su voz temblorosa sea notoria. "Me dijeron que fue un ACV, como mi mamá." Esto último lo quiebra, deja salir un suspiro que se convierte en un sollozo bajo.

No es la primera vez que veo a Valentín llorar, pero sí es la primera vez que lo veo tan roto. Tampoco puedo evitar llorar yo también, verlo casi al borde del llanto es como si un verdugo me estuviera obligando a ser audiencia de una tortura.

¿Por qué alguien con un corazón tan puro debe pasar por tanto sufrimiento? No recuerdo algún momento en el que lo haya podido ver feliz de verdad.

"¿Cómo está ahora?" Pregunta Constanza.

"Igual..." Se encoge de hombros y se sorbe la nariz volviendo a levantar la mirada, pero no nos mira a nosotras, se mantiene atento a la habitación en frente nuestro en la que Ruth está siendo atendida.

Es la primera vez en mucho tiempo que no me mira, pareciera como si estuviera perdido dentro de sí mismo y no quisiera buscar una salida. Lo comprendo, la mujer a la que suele tratar como una madre está ahora en una situación crítica, tirando de las cuerdas entre irse o permanecer. Perdió a su mamá, él mismo asesinó a su progenitor, Ruth en el estado en el que está, ¿Cuál es la necesidad de hacerlo pasar por esto?, ¿Por qué Dios está siendo tan injusto con él?

Se mastica los labios y tira la cabeza hacia atrás para concentrarse en otra cosa, mas parece que no puede lograrlo. Se lleva las manos a la cara y se frota los ojos completamente frustrado, y eso es todo lo que le alcanza para agarrarse el pecho y llorar. Un hombre tan fuerte mostrándose débil por el amor a la persona que lo crió.

No me importa que Constanza esté con nosotros, me acerco a él y acaricio su rostro para secar sus lágrimas que caen sin detenerse. La punta de su nariz está enrojecida al igual que sus mejillas, y siento unas ganas inmensas de llenarlo de besos y decirle que lo quiero, que yo estoy aquí para él, que su tristeza me encoge el corazón y hace que me sienta empobrecida de humor.

"No llores..." Lo escucho decirme, y me hace darme cuenta de que estoy derramando incluso más lágrimas que él. "Te prometo que no voy a llorar más, pero vos no llores."