veintiuno

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[C]

"Primero quiero agarrar un vino, lo más importante."

Ruedo los ojos y agarro el canasto del supermercado caminando atrás de Valentín.

"Hace mucho no tomo alcohol, no sé que tan buena idea sea."

"Si vos no lo tomás, me lo tomo yo." Se encoge de hombros mirando hacia todos lados en las góndolas de las bebidas alcohólicas.

Revisa los vinos uno por uno y me hace opinar a mí también. La verdad no tengo ni la más mínima idea de bebidas, así que solo repito lo mismo que él en otras palabras.

"Este parece muy bueno..." Lo codeo apuntando hacia una botella con la estampa de 'Don Valentín'.

Él sonríe, se acerca a mi lado y atrapa mi cintura en su brazo para arrimarme a su torso y dejar un beso sonoro en mi cuello.

Sin embargo, sus acercamientos suelen ser un poco tramposos, ya que no desaprovecha nunca para bajar su mano mucho más allá de mi cintura y apretar por encima de la tela de mi ropa, y tiene el descaro de fingir inocencia cuando me volteo a mirarlo acusadoramente.

"Valentín..."

"¿Qué?"

"Sacá la mano."

"¿De dónde?" Entonces vuelve a apretar.

"Basta, Valentín..." Golpeo su brazo y lo aparto. Miro alrededor repetidas veces rogando que no haya nadie cerca nuestro que haya presenciado su acto tan insolente.

Aún así, es imposible no reírme cuando lo escucho reír también. No le importa ni un poco nada de lo que hace, y en parte eso me gusta.

Se decide finalmente por un vino de la góndola y lo mete al canasto, el cual saca de mis manos para que no me pese. Camino detrás de él con nuestros dedos entrelazados, lo dejo que elija lo que quiera porque la verdad es que no quiero que gaste dinero en tantas cosas solo por mí.

Insistió mucho en querer cenar hoy ya que en nuestra primera noche juntos nos encargamos de otras cosas. No me pareció mala idea, la verdad es que prefiero que comamos solos y tranquilos en casa en lugar de pagar un plato al mismo precio de lo que estamos gastando en el súper.

"¿Pasta o carne?" Me mira por encima de su hombro y yo acaricio la punta de su nariz con la yema de mi dedo. Él arruga la misma y su ternura me dan ganas de comérmelo a besos.

"Creo que unos ravioles con una salsa muy rica estarían muy bien."

"Uff, no me prendas acá adentro, mi amor."

Abre la heladera, saca unas cajas de pasta de adentro y las mete en el canasto. Así con todos los ingredientes que necesitamos y que no tenemos en casa, caminamos por los largos pasillos buscando producto tras producto, incluso hasta cosas que no vamos a usar pero que él cree escenciales -como una caja de cereales frutales, por ejemplo-.

Ya que insiste con comprar más cosas, aprovecho para agarrar alguna mezcla para postres que sé que puede gustarle. El chocolate es algo que disfruta demasiado, de hecho disfruta de todo aquello que entre en la categoría de comida chatarra, no sé ni cómo es que tiene un cuerpo tan saludable con la cantidad de porquerías que se traga todos los días.

"¿Qué buscás?" Le pregunto llegando a su lado.

"Estoy seguro de que el ketchup y esas cosas estaban por estos lados." Se rasca la cabeza un tanto perdido y da algunas vueltas sobre su eje, pero no logra tener éxito en su búsqueda.

"Si querés buscá por acá y yo busco del otro lado."

"Dale, y si pasás por donde está la comida de perro agarrá una bolsita así llenamos el platito de la vereda."

Panem • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora