"Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte." - Santiago 1:15
[V]
La escucho suspirar cuando mis labios recorren su cuello, su mano se aferra a mi nuca y empuja mi cabeza para incentivarme a no parar.
Nos chocamos con la puerta de mi habitación y con todo lo que hay en nuestro camino, pero aún así no me detengo, sigo besando su piel y acariciándola hipnotizado. Me pego más a su espalda cuando nuestras piernas se enredan al chocar nuestros cuerpos contra uno de los muebles.
Jadea y tira la cabeza hacia atrás en el momento que mis manos aprietan sus pechos por encima de su ropa, me siento completamente loco y ni siquiera puedo pensar con claridad lo que estamos haciendo. No me arrepiento tampoco, ni mucho menos voy a arrepentirme después. La quiero, quiero a Clara y quiero que se quede conmigo a mí lado, que sea mía, y si Dios está mirando entonces espero que también nos escuche.
Gira sobre sus tobillos y ahora mi frente está juntada a la suya, respira fuerte y cierra los ojos, parece que intenta convencerse de que esto está sucediendo. Me tomo mi tiempo para observarla de esa manera, es inexplicable lo lindos que le lucen esos tres lunares debajo de su ojo izquierdo, como si se tratase de Las tres marías.
Cientas de estrellas diminutas de color marrón salpican su rostro, el cielo mismo envidia la belleza que ella puede formar con esas constelaciones fascinantes, y ni hablar de esos ojos grisáceos que brillan como dos lunas llenas y resaltan sus pestañas largas.
Solo sé que Clara con su velo es preciosa, pero Clara con su pelo natural a la vista es simplemente otra cosa que no puedo explicar. Y me duele, porque no creo nunca haber deseado tanto a alguien en mi vida como la deseo a ella.
Mis dedos no pueden evitar acariciar su cuello, su nuca, su pelo azabache, sus mejillas, sus labios. El corazón me late a toda velocidad, tan fuerte que estoy seguro que los dos podemos escucharlo.
"No va a haber vuelta atrás para mí, Valentín..." Susurra con los ojos cerrados.
"No necesitamos que la haya, Clara." Le digo en el mismo tono.
Mi nariz roza la suya, sus dedos se empuñan en el cuello de mi remera, mis manos se aferran a los lados de su rostro. Y sin tener que pensarlo ni un maldito segundo más, estampo su boca a la mía para derretirme con su calor.
Besar a Clara siempre se siente igual, se siente como si estuviera cometiendo el mayor delito que hice nunca. Así es, de hecho, porque los dos sabemos que esto también tiene su condena en el mundo divino. Pero no me importa, retenerme de querer a Clara conmigo sería verdaderamente la peor locura que podría cometer.
Enebro los dedos en su pelo queriendo hacer presión entre los dos, escuchándola suspirar antes de que mi lengua y la suya comiencen una batalla intensa como si se hubiesen extrañado tanto.
Aprieto su cintura entre mis brazos y la pego a mi cuerpo todo lo que puedo levantándola tan solo unos pocos centímetros del suelo y así caminar hasta el borde de mi cama para sentarme ahí con ella encima. No se niega a nada, y es porque los dos tenemos la misma necesidad de fundirnos el uno con el otro antes de caer muertos.
Tira de mi nuca hacia ella con ligereza, demostrándome que puede tener más control sobre mí de lo que parece. Y es extraordinario, porque yo de verdad estoy dispuesto a entregarle cada parte de mi cuerpo incluso si no me lo pide.
Meto las manos por debajo de su remera para sentir su piel, que está erizada por completo debido a la situación en la que los dos nos encontramos ahora mismo. Gime cuando pellizco sus muslos en mis palmas, lo que me desquicia al instante y me pone incluso más loco por ella de lo que ya estoy.
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Panem • 𝒘𝒐𝒔
Fanfic"De repente él va tras ella, como toro al matadero, como un tonto que va a ser castigado en el cepo, hasta que una flecha le atraviesa el hígado.Tal como el pájaro que se precipita en la trampa, él no tiene ni idea de que esto le costará la vida."...