Estrellas.

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*Ruben*

-Realmente me molesta.- dije a Mangel mirando como Willy y Voz de Unicornio se besaban.
-¿Poh que?- preguntó frunciendo el ceño.
-No lo sé, pero quisiera que se detuvieran, me causa asco.- dije y vi como bajó la mirada, pensando.
-Algún día te enamoraráh y no te dará asco.- dijo después de pensarlo.
-Sí, pero ese día no será hoy.- dije dando un golpe a la mesa, haciendo que todos se sobresaltaran y voltearan. -Es una mesa. Vinimos a comer, a pasarla todos juntos ¿Cierto? No a besarse como si fuerais los únicos presentes.

Todos se mantuvieron en silencio, Willy se ruborizó y bajo la mirada. Samuel simplemente me miraba mal. Alex desviaba la mirada, fingiendo tranquilidad, Cheeto imitaba su acción, Luna jugaba con sus dedos incomoda. Y Mangel me miraba de reojo, algo sorprendido, creo.

-Ruben, ¿Quieres venir a hablar?- dijo Samuel, mirándome con ganas de matarme.
-Claro.- dije simple y me levanté al igual que él. Caminamos a un lugar alejado de la mesa y ahí empezó.
-¿Qué está pasándote?
-Es molesto que creáis que estáis solos en la mesa. Joder, es respeto a los demás, sabes. Ignoráis a todos por estar enamorados.
-Eso no es cierto.
-¿Ah no? Entonces supongo que sabías que Alex te estaba hablando todo el tiempo. ¿Cierto? Oh, espera, no lo oíste porque estabas comiéndole la cara a Willy.- dije sarcástico.
-¡Rubius, tú no eres así!
-Tú mismo lo has dicho, amigo. Rubius no es así.- dije sonriendo cínicamente. -Yo soy Ruben.

Le di la espalda y me empecé a alejar de él, salía del restaurante.

-¡Vuelve, idiota!

Rodé los ojos y empujé la puerta, saliendo, ignorando a todos hablando, a Samuel insultándome, solo seguí mi camino.

Bueno, eso planeaba, hasta que cuadras después Mangel llegó cansado hasta mí.

-¿Qué?- dije de mala gana.
-¿Por qué te fuiste?- dijo apoyándose en mi hombro y deteniéndome.
-Quisiera no hablar de eso.- dije y después de mirarlo unos segundos, solté una risita.
-¿De qué te ríeh?- preguntó confundido.
-Me causas risa. Eres realmente inocente.
-Eso eh extraño, porque cuando erah Rubiuh tú erah así.
-¿En serio? Pff, recuérdame no volver a ser eso nunca.- Mangel rió.
-¿Y a donde vah?- dijo empezando a caminar al lado mío.
-A casa. Barbara no tiene idea de donde estoy.
-Sí, y ya eh de noche.- dijo.
-A lo mejor está como loca.- Ambos reímos y Mangel ahora dirigió su mirada hacia el cielo.
-Jodeh, cuantas estrellas.
-Sí. De pequeño siempre las veía con mamá.- dije mirando al cielo, sonriendo inevitablemente.
-¿Sí?
-Sí. Y yo siempre insistía en contarlas todas. Mi mamá me decía que era imposible, pero nunca lo acepté.- dije riendo.
-Rubén.
-¿Ah?
-¿Estás...contándolas?- dijo al notar que sí, estaba intentando contarlas, como si volviera a ser un niño.
-Shh, me harás perder la cuenta.- dije riendo, dandole un empujoncito con el hombro.
-No lo notah, pero tieneh momentoh realmente tiernos.- dijo Mangel.
-Gracias Miguel.
-¿Miguel?
-Sí, Miguel. Me gusta tu nombre. ¿Es problema?
-No, no.
-Bien. Suena lindo.- dije sonriendo sin mostrar los dientes.
-¿Te puedo acompañah a casa?
-Claro.

El dolor nos cambió. [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora